sábado, 30 de junio de 2012

A la caza de los visitantes de dormitorio (finales junio 2012)

Secuencia excepcionalmente prolongada de falsos despertares, durante los primeros minutos del sueño. He aquí que, presintiendo la llegada de los visitantes de dormitorio (esos seres que de vez en cuando irrumpen en mi habitación en breves alucinaciones), decido salir a su encuentro para ahuyentarlos. En reiteradas ocasiones, me levanto de la cama y los voy espantando; aparecen como sombras oscuras a mi paso. Incluso hago señales de cruz y pronuncio el nombre de Jesucristo para que huyan, con gran eficacia. 

En uno de los regresos a la cama, veo una especie de bolitas de cristal o fichitas de colores metidas dentro de la funda de la cama, proyectando un diabólico brillo y una melodía psicodélica. También los ahuyento con gestos audaces. 

En otro momento, llego hasta la puerta de entrada de mi casa, atraído por una extraña música. Se oyen como pasodobles, como si hubiera una fiesta en el rellano o en el piso de enfrente.

También me fijo que, cada vez que abro los ojos en los repetidos falsos despertares, veo una especie de pupilas de luz observándome justo enfrente.

Encerrado con actores zombis y fichado para una película juvenil (finales junio 2012)

1 encerrado con el actor zombi Estoy en el rodaje o puesta en escena de un spot publicitario sobre teatro. Unos actores españoles, a quienes reconozco enseguida, aparecen caracterizados como zombis en medio de un cementerio a media luz, mientras van declamando frases inquietantes con gran afectación. Aunque sé que se trata de una ficción, me siento algo atemorizado y decido huir por una escalera que se alza frente a mí. Subo por ella y encuentro a uno de los actores, disfrazado también de zombi, en lo alto de los escalones. De repente, la puerta que hay al final de la escalera se cierra. Me invade la angustia y la claustrofobia. Sólo estamos el zombi y yo, encerrados, y me da un miedo cerval sentir su presencia y pensar que se acercará a mí sin que pueda escapar. Es como una pavorosa cárcel visual, como una película de terror de la que no se puede salir ni apagar la pantalla. Finalmente parece que las paredes ceden, mientras el actor-zombi se arranca toda la piel de la cara a tiras, hasta que emerge el rostro familiar y tranquilizante del actor, culminando así el spot publicitario. Aún con el miedo en el cuerpo, me voy de los estudios, parecidos a los de Hollywood,y subo en un coche.

2 me fichan en una película. Sin saber muy bien cómo, me contratan para una película española para el público juvenil, como las protagonizadas por Mario Casas. Me siento halagado y algo avergonzado. Entro en un bar y saludo a los compañeros del rodaje, que me reciben como a uno más, encajando las manos. Me pregunto si interpretaré al galán de la película. Me hacen saber que rodaré escenas amorosas con la actriz María Valverde. Finalmente me toca interpretar a un personaje secundario, un hombre misterioso y atractivo. Dudo si sabré estar a la altura.

Voces de niños y otras hipnagogias (finales junio 2012)

Semanas de muchas alucinaciones hipnagógicas (en el tránsito de la vigilia al sueño), coincidiendo con una ola de calor. En una de ellas, al dormirme, empiezo a oír voces estrepitosas de niños, como un coro de angelotes o espíritus infantiles que se ponen a parlotear. Otra noche, sueño que llega Laura y se acuesta junto a mí; dentro del falso despertar, contemplo su cara y la palpo bajo la penumbra para comprobar que es ella. En algún momento su rostro aparece como deformado; vuelvo a mirarla hasta que recompone sus facciones verdaderas.

sábado, 9 de junio de 2012

Replico un bebé en 3D y descubro un cadáver disecado (principios junio 2012)

Cojo en brazos un bebé entrañable, de rostro regordete  y risueño. Quizá es mi sobrino, o alguien muy cercano a mí. Tanto deseo tenerlo conmigo que recurro a una insólita tecnología para obtener una réplica exacta del pequeñuelo. Con una cámara especial que me presta mi padre, obtengo una especie de moldes o patrones de la imagen del bebé, que, pasadas unas horas, dentro del recipiente adecuado, se hincharán de algún modo hasta dar con una representación tridimensional y exacta de la persona fotografiada (acaso me ha inspirado la tecnología, existente en la vida real, que consiste en imprimir en 3D). 

Dejo los moldes reposando en el garaje de la casa de mis abuelos maternos, y, rebuscando entre cajas y almacenes, hago otro descubrimiento, éste más inquietante: aparece el cadáver disecado de un hombre. No se trata de ningún crimen, sino de alguien a quien preservaron incorrupto para honrarle, en algún ritual de tipo religioso. Al parecer, se trata del marido de la madre de Laura (no siendo exactamente su padre) así que acudo a la viuda para entregarle el cuerpo. Pensaba que se alegraría, pero ocurre todo lo contrario; se consterna profundamente y se indigna conmigo. La madre de Laura se queda entonces atrincherada en el garaje, donde pasa la noche, mientras yo retorno al piso de arriba, donde estamos celebrando una comida familiar, con la presencia incluída de mi abuela Cari, fallecida en la vida real y aparece reincorporada con nosotros, como si si muerte hubiera sido un tránsito efímero y extraño.

Al día siguiente acudo para hablar con de nuevo con la madre de Laura. Sigue allí, sentada, con la expresión llena de rencor contra mí. Me siento culpable, no sé como reconducir la situación.

jueves, 7 de junio de 2012

Sacando estrellas de mi cama; La puerta chirría (principios junio 2012)

En los primeros minutos, tengo las siguientes experiencias hipnagógicas (alucinaciones que ocurren en el cuarto en el tránsito hacia el sueño). La cama se vuelve voluble y mágica, y puedo extraer de ella todo tipo de cosas, con sólo imaginarlas: saco figuras de estrellas, cual pequeños juguetes minerales, y también una golosina líquida de fresa, que saboreo con deleite. Entonces alzo la vista para comprobar si hay algún visitante de dormitorio, como suele pasarme en estos casos. Primero atisbo un fogonazo blanco (afuera hay tormenta con rayos en la vida real) e inmediatamente después, la puerta de la habitación se abre con un largo chirrido terrorífico, mientras entra un rayo de luz. Sobresaltado, despierto.

El baño de las brujas (principios junio 2012)

Estoy en el vestuario de una piscina. Llego tarde para unirme a mis amigos, que me esperan ya dentro del agua. Me invade el tedio y la tristeza; dudo si desnudarme o no para ponerme el bañador. Apenas hay rincones de intimidad en el vestuario, y me siento observado por todos. Pasan por allí unas extrañas mujeres mayores. Llevan largas cabelleras blancas, y sus facciones son aguileñas, siniestras, con ojos morados. Llego a la convicción de que son brujas, aunque parecen trabajar como monjas o cuidadoras de un huerto cercano. Me acerco a sus terrenos y las veo bañándose en unos pozos construidos a ras del suelo. Cada bruja tiene su propio pozo-bañera, y se remoja a conciencia, con movimientos como de sirenas o anguilas. Me sorprenden sus melenas blancas: las veo emerger a la superficie como si fueran nenúfares venerables.


viernes, 1 de junio de 2012

Un dinosaurio sale de un lago en una iglesia (principios junio 2012)

 
Sueño peculiar, con pesadillas e imágenes curiosas. Estamos en una iglesia, para celebrar alguna festividad como la Pascua, y simultáneamente unas bodas de plata o de oro de nuestros amigos Anna y Agustí. En la entrada de la iglesia, donde había una rampa, se ha formado un lago, pequeño pero bastante hondo, que hay que bordear cuidadosamente para poder acceder al edificio. Me parece ver peces, pero en realidad son reflejos de palomas que menudean por allí. Voy entrando y saliendo de la iglesia para terminar de vestirme  y acicalarme y recoger cosas que olvido, como si tuviera mi casa muy cerca. Finalmente me pierdo la ceremonia y, cuando los novios salen de la iglesia para hacerse fotos, me sorprenden todavía vistiéndome, casi en calzoncillos, aunque no parece importarles y lo ven con benevolencia.

Más tarde, estoy aún en los alrededores del templo en compañía de mi hermana Anna y de otras personas cuando me vuelvo y veo una imagen sobrecogedora: a lo lejos, emerge del lago un gran dinosaurio, de rostro afilado y amenazante, como una suerte de monstruo del lago Ness. Me sorprende todavía más en tanto en cuanto creía que el lago se había ya secado. El monstruo nos mira fijamente y empieza a correr hacia nosotros. Todavía escépticos, no acabamos de creernos que sea un dinosaurio de verdad, y sospechamos que se trata de alguna persona disfrazada, pero aun así huimos, desconcertados. Aparecen también otros personajes terroríficos, como una mujer ensangrentada, que parece poseída o infectada por algún virus zombi. Sensación de pánico constante, me siento como atrapado en una película de terror.

Voy como voluntario a la escuela de mi infancia, llego tarde al trabajo; Veo a mi abuela en la mesa (finales mayo 2012)


1 Voy como voluntario para repartir alimentos a la escuela de mi infancia, donde vuelvo a ver a mi maestra Josefa, a penas envejecida, aunque ella parece no reconocerme. Enfrascado en las tareas solidarias, me olvido de ir al trabajo, hasta que me doy cuenta y salgo corriendo; con gran confusión, no sé si coger el tren o el autobús. Ya es de día, las 9 de la mañana aproximadamente, cuando debería estar trabajando ya a las 5 de la madrugada.
2 Vuelvo a soñar con mi abuela difunta. La veo aparecer en la mesa, como si nada, junto a mi abuelo. La señalo con sorpresa, y después con sollozos. Me ve mi hermano Ismael y parece entender mi sentimiento.