domingo, 11 de mayo de 2008

A la ciudad en bici

Viajo a una gran ciudad -aparentemente Barcelona- con una moto y una bici a cuestas. Me alojo en una posada céntrica, a la que se accede descendiendo unas escaleras. Apenas utilizo la moto: con la bicicleta voy a todas partes, sorteo el tráfico, cruzo todas las avenidas. Más tarde me acompaña Laura, en el asiento de atrás. Al llegar a la calle de la posada ella confunde el lugar con un jardín señorial vasco y saluda a una muchacha en euskera. Cuando ya es hora de volver a casa, desisto definitivamente de coger la moto; el motor me asusta y prefiero tomar de nuevo la bici. Al contar el viaje a mis amigos, la ciudad visitada ya no es catalana ni vasca, sino francesa.

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