sábado, 30 de noviembre de 2013

Pequeño naufragio en Londres (finales noviembre 2013)

Jose, Sara, Laura y yo viajamos a Londres. Al atardecer cogemos una barca por el mar, donde hay mucha gente bañándose y navegando. Alguna otra barca, o alguien que viene muy deprisa, choca con nosotros y nuestra embarcación se llena de agua. Saltamos entonces al agua, donde intentamos nadar hasta un gran escenario flotante con música y espectáculos.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Grandes serpientes en el río; abuelos haciendo parapente en una ciudad pirenaica (finales noviembre 2013)

Vamos en tren o metro. Pasamos junto a un río de color terroso, parecido al Llobregat, y de repente veo una serpiente irguiendo un cuello larguísimo sobre las aguas, cual monstruo del lago Ness, pero con la estrechez normal de su especie. Llamo la atención de mis amigos para que lo vean, pero la serpiente se vuelve a zambullir y apenas la atisban. Después aparecen otras. Su aparición me repele y me fascina. Es la confirmación de un peligro o mal que siempre intuyo.

Más tarde llegamos a una gran explanada con hierba, piedras y algunos árboles, como de algún lugar alto del Pirineo. Sin embargo, me dicen que estamos en Cornellà o en alguna otra ciudad industrial del cinturón de Barcelona, lo cual me parece asombroso y casi increíble.

Por allí se divisa gente haciendo parapente. Uno de ellos es un anciano, que da botes y saltos en el aire con una rapidez que nos hace reír.

La casa de mis abuelos convertida en gran parking; me refugio jugando con enanitos (finales noviembre 2013)

La casa de mis abuelos maternos en Ordal ha incorporado en su subterráneo un enorme párking, con un trasiego constante de gente que entra y sale. Me produce cierta tristeza e inquietud el ver nuestra antigua placidez familiar adulterada de este modo.

En otro momento estoy en el jardín, donde me entretengo imaginando que soy un enanito saltando entre matorrales junto a otros compañeros de mi mismo tamaño.

Luego paso cerca de mis parientes. Las mujeres de mi familia (mi madre, hermanas, tías) hablan coloquialmente, y algo jocosas, sobre mi carácter extremedamente reservado. "Bueno, pero hoy ha hablado un poco más", dice alguna. 

Tomo a mis primas pequeñas, Clàudia y Laia, y me las llevo a algún lugar junto a mi hermana Cristina. Siento a Laia, la más pequeña, sobre mis hombros, pero temo que pueda chocar con algunos techos bajos.

Trabajando en el periódico '20 minutos' (finales noviembre 2013)

Cambio de trabajo y entro con un contrato temporal en la redacción del periódico '20 minutos'. Llego al edificio de la redacción, que me parece algo inhóspito y deshabitado. Al abrir una puerta me cruzo con el presentador y algunos tertulianos del programa 'Queremos opinar'de Intereconomía TV (Carlos Fuentes, Ricard Fernández). Una vez en la redacción, mi nuevo jefe, un hombre mayor y más bien desabrido, me comunica que voy a cubrir informaciones de sucesos. Casi no hay nadie en la redacción y me aburro. Voy haciendo búsquedas en Internet, y me inquieta no saber exactamente qué trabajo voy a realizar.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Encuentro enigmático con una niña taiwanesa (finales noviembre 2013)

Sueño hermoso y enigmático. Llego tarde al trabajo y he aquí que, entre prisas y ajetreos, voy a parar a la casa de una familia taiwanesa. Al parecer, acudo allí regularmente, como una especie de parón o estación intermedia, o como si debiese recoger algo en aquel lugar, diariamente, antes de proseguir con mi día.

La casa está ataviada según los modos asiáticos. Hay persianas con franjas finas y cilíndricas de madera, pequeñas estancias con muchos detalles, alfombras y adornos circulares, muchos enseres de papel o de tela fina. Y una luz en alternados y geométricos claroscuros.

Anda por ahí una niña-joven bonita e inocente. Revolotea a mi alrededor como si se alegrara de verme, como si le distrajera o quisiera pavonearse. Su madre está en la cocina, muy absorta guisando algo. Creo recordar que también hay algún gato u otro pequeño animal merodeando con parsimonia.

Veo que tienen una especie de farolillo o incensario con un pequeño hato de tela en su interior, de donde mana un generoso y constante vapor. Me parece olfatear una suave y balsámica fragancia, y pregunto si lo utilizan como ambientador, pero la niña me replica, con la mueca graciosamente torcida, que apenas se trata de unos trapos calientes.

Antes de partir en dirección al trabajo, me conmueve la niña y desearía quedarme con ella. Le paso los nudillos de la mano por la mejilla, como gesto de ternura, y me marcho con un cierto vacío en el corazón.

Ver relato inspirado en este sueño


martes, 12 de noviembre de 2013

Niños en peligro en la playa (principios noviembre 2013)

Como en otras ocasiones, sueño con niños a quienes veo exageradamente en peligro, mientras los demás permanecen tranquilos. Esta vez me inquieta ver a unos niños que juegan en la playa, o en un gran arenal, donde juegan sentados con unas palas junto a grandes agujeros por donde temo que puedan caer (quizá influido por una noticia en la vida real, sobre una pequeña que cayó por una alcantarilla sin tapa).

Cojo un barco corriendo (octubre 2013)

Llego a un puerto y me dispongo a coger un pequeño barco que va a zalpar. Me dicen que en ese momento se han agotado los billetes y la embarcación se dispone a salir inmediatamente. Sin embargo, al final consigo entrar (junto a mi hermana Cristina, creo recordar). Una vez dentro, nos espera la periodista Concha G. C., -recientemente fallecida en la vida real- a quien le preguntamos por su estado de salud. Charlamos amistosamente un rato.