domingo, 23 de enero de 2011

En una playa de arenas movedizas buscamos a mi hermana y me hundo en la chatarra; Mi abuela vive; Subo a Montserrat con mi padre (22-23 enero 2011)


1 mi hermana y las arenas movedizas. Estamos en una playa de arenas movedizas, que queda estancada como un lago, frente a un dique de tierra y rocas. Al parecer, mi hermana mayor, Anna, había estado por allí, y, asustado, pregunto a mi madre si habrá quedado atrapada bajo las rocas mientras buceaba. La imagen me recuerda a la novela 'La mort i la primavera', de Mercè Rodoreda, donde algunos buceadores, sondeando las aguas de un río, quedaban fatalmente sepultados bajo una montaña, donde perdían las facciones de la cara. Sin embargo, mi madre no lo ve posible e insiste que mi hermana estará bien, en algún otro lugar. Sigo caminando y, de repente, caigo por un hoyo y me hundo en un nicho lleno de chatarra oxidada. Me siento contrariado: quién me iba a decir que sería finalmente yo quien quedaría atrapado y accidentado.

2 otra vez mi abuela. De nuevo sueño que mi abuela todavía vive. La veo charlando animadamente, aunque con aire cansado, junto a mi abuelo y mi madre. Al parecer, mi abuela recuerda la experiencia de su muerte efímera y extraña, pero no quiere siquiera mencionarlo, como si fuera algo traumático o vergonzoso.

3 en el monte con mi padre. Voy andando Montserrat junto a mi padre y junto a unos de mis hermanos. Partidmos desde nuestra ciudad, Sant Boi de Llobregat, tal como solía hacer de niño y adolescente con compañeros y profesores de mi escuela. Caminamos toda la noche y llegamos al pie de la montaña: comento a mi padre mi sorpresa, porque hemos llegado muy rápido. Más tarde, en medio periplo por la montaña, vemos una ciudad bulliciosa llena de comercios, parecida a Andorra la Vella, como una especie de estación de paso. En otro momento me pongo a hacer fotos para sacar partido a ángulos de gran belleza, con la naturaleza y los excursionistas.

Llevo un cisne diminuto en la mano, y se asusta con las ocas (21-22 enero 2011)


Estamos en una gran casa de colonias, con varias piscinas repletas de gente. Voy nadando sin parar y juego con niños pequeños, a los que cuido. Mi padre está vestido, observando distraídamente desde la barrera. De repente, unos graciosos le lanzan al agua, y voy rápidamente hacia él para ayudarle.

Más tarde nos trasladamos a un lugar mucho más calmado y reducido, una especie de granja donde comparto el rato con unos cuantos jóvenes de la quinta de mis hermanos mayores. Llevo en la mano una especie de cisne diminuto, al que cuido y protejo como si fuera un bebé. Con la pequeña criatura en la palma, me acerco a un corral donde graznan las ocas. Al escuchar el alboroto, el cisne diminuto se arrebuja en mi mano, como asustado. 

Pasado el trance, vamos hacia unas zarzas de donde surgen moras exhuberantes, con granos enormes como racimos. Alguien duda si está permitido coger, pero yo les animo a que lo hagan sin ningún pudor; las moras tienen un sabor dulcísimo y maravilloso. De repente, una monja sale apresurada desde el interior de una especie de armario de contadores; nos alarmamos, temniendo que nos riña, pero finalmente pasa de largo para participar en una reunión con otros 'superiores', entre ellos algunos jefes de mi trabajo en COMRàdio.

domingo, 16 de enero de 2011

Me sobresalto al ver a mi abuela y huyo de mis familiares endemoniados en un pueblo azul y costero (15-16 enero 2011)


1 de nuevo mi abuela Estoy en casa de mis padres. De repente, veo a mi abuela (que nos ha dejado) en el sofá, preguntando en su tono habitual dónde está mi abuelo (ignorando que está sentado a su lado). La imagen me sobresalta y empiezo a gritar para alertar a los demás. Sin embargo mi padre me reprende con la mirada, como si estuviera haciendo demasiados aspavientos, o el duelo encendiera mi imaginación en demasía. He tenido sueños muy parecidos con otras personas difuntas.

2 pesadilla infantil Me encuentro nuevamente en casa de mis padres, y hete aquí que empiezo a ver a mis parientes convertidos en terribles villanos. Recuerdo en especial a mi tío, a quien veo como un intrigante malhechor, de piel pálida y bigotes retorcidos, que al parecer va a causar mal a mi hermana Anna. Aterrado, me veo a mí mismo convertido en un niño pequeño, y decido emprender una huída. Salgo corriendo, bajo la escalera de casa y me refugio en un portal cercano, de color azul intenso y textura rugosa, como de barro o papel pinocho. Desde allí puedo ver la imagen cercana de un pueblo costero, con una playa reluciente y atractiva.

sábado, 15 de enero de 2011

Disfrazado de torero, nunca llego a la plaza (14-15 enero 2011)


Estamos en penumbra. Subo unas escaleras acompañando de una mujer mayor, quizá mi abuela. Ella me prepara una serie de vestimentas y disfraces. Me miro a un espejo y descubro que me han ataviado como un torero, con el sombrero negro incluído; la imagen me suscita un espontáneo regocijo (aunque en la vida real no soy nada taurino). Más tarde, me encuentro en una zona montañosa de altibajos, plagada de ruinas extrañas (entre romanas e industriales). Voy muy rápido, casi volando, y me traslado a una pequeña gruta donde mana una fuente; me quedo un rato ahí, como aprovisionándome, y luego desciendo por una gran pendiente que va caracoleando hasta donde se supone que se halla la plaza de toros. Sin embargo, voy bajando y bajando, recorriendo curvas incesamente, y jamás llego.

viernes, 14 de enero de 2011

Río de fuego (12-13 enero 2011)


Sueño de gran riqueza visual. Es de noche, estoy en casa de mis padres, dentro del baño que da a un jardín de vecinos, y abro la ventana. Cuál es mi sorpresa cuando veo el río Llobregat (que bordea mi ciudad, Sant Boi) convertido en un gran río de fuego, por causa de un extraño y apocalíptico incendio, que, paradójicamente, parece avivarse y tomar cuerpo en las aguas. Contemplo el trazado del río hasta el horizonte, con todo su caudal dorado, crepitante y vaporoso, encendido y casi bello en su apariencia infernal, como salido de un cuadro de El Bosco o de los simbolistas. También hay llamaradas muy cerca de casa, y enseguida se levantan los murmullos de alarma y preocupación del vecindario. 

Mientras el río arde, van huyendo bandadas de pájaros despavoridos; algunos están quemados o ennegrecidos, otros caen muertos junto a nuestra casa. También escapan otros animalejos, como pequeños mamíferos; todos ellos acuden en masa al jardín del vecindario, convertido en una suerte de Arca de Noé de urgencia. Las previsiones habían alertado de un incendio así, pero al ver el avance de las llamas me empiezo a estremecer.

Más tarde, entre el fragor de las llamas de esa noche extraña, acuden también los niños que actúan en la obra de teatro navideña de los 'Pastorets', entre ellos mi primo Noel, que interpreta a un pequeño Lucifer. Vienen relajados y sonrientes, como ajenos al incendio, y me sorprenden desnudo, así que salgo corriendo a esconderme y pido que alguien me lance unos calzoncillos.

lunes, 10 de enero de 2011

Toros en casa (8 enero 2011, aprox)


Sueño durante una siesta en el sofá de casa. De repente me veo a mí mismo adormecido en el sofá y rodeado de toros de lidia. Los morlacos se me aproximan peligrosamente, e incluso me rozan con sus cornamentas, que puedo agarrar con las manos durante mi estado letárgico. Laura me advierte del peligro.


Pastorets fallidos (10 enero 2011)


Varios sueños estos días sobre el mismo tema: representamos la obra de teatro de 'Los Pastorets' demasiado pronto o demasiado tarde, de manera precipitada y deslavazada, y no consigo que la función brille tal como pretendía. Me siento descolocado y frustrado.


viernes, 7 de enero de 2011

Me hacen académico, se descontrolan los fogones y vuelvo a ver a mi abuela antes de morir (6-7 enero 2011)


1 examen erróneo Estoy en la universidad y me obligan a hacer un examen que no me corresponde. Me siento agobiado.

2 soy académico Más tarde me comunican que me han nombrado académico de una alta institución de carácter filológico o literario, como el Institut d'Estudis Catalans o algo parecido. Me siento abrumado por el cargo, que me viene grande, y temo que me pillen en algún renuncio cuando descubran las lagunas que tengo en mis pocas lecturas de libros. Aun así, la sensación de poder me produce cierta satisfacción, un agradable vértigo.

3 fogones locos Manejo los fogones en mi casa, muy cerca de la puerta del piso. Intento encender el fuego con la pistola de cocina, pero el fogón no responde y sólo expulsa gas; mientras tanto, aparece una llamarada en otro fogón, de manera incomprensible. Me invade la sensación de caos.

4 mi abuela Viajo en el tiempo y consigo ver a mi abuela Cari horas antes de que muriera. Para mi sorpresa, la encuentro ágil y espabilada, andando de un sitio a otro con una sonrisa medio pícara.

domingo, 2 de enero de 2011

Risa de niña diabólica en el cuarto (29 diciembre 2010)


Nueva alucinación hipnagógica, en el tránsito hacia el sueño. Esta vez sueño que aún estoy despierto en la cama, a oscuras, junto a Laura, cuando, de repente, oigo una risa aguda e inquietante, como de una niña diabólica que está en una esquina del cuarto. Laura me coge del brazo, sobresaltada, y en ese momento despierto. Doy la luz y compruebo que estoy solo.