martes, 29 de julio de 2014

Actualización constante de estilos artísticos (finales julio 2014)

Estoy de vuelta en el trabajo (en la vida real, de vacaciones). Al parecer, las cosas han cambiado completamente y ahora se trata de pintar cuadros en una serie de pequeñas estancias parecidas a salas de museo. Coloco el lienzo y pinto una gran escena vertical, con un ojo que emerge del mar con grandes pestañas que se derraman como chorretones negros. Una vez terminado, me sorprende la belleza y el lirismo que desprende el cuadro a pesar de haberlo realizado de modo algo improvisado y desganado. Se parece a un pequeño cuadro que pinté en la vida real, donde aparece un ojo-pez deslizándose entre algas y con las pestañas como aletas.

Con el nuevo sistema de trabajo, todas las estancias deben ser de un mismo color y guardar uniformidad estética. Sin embargo, veo que en muchas de ellas hay gente que empieza a emborronar los colores con las manos y repinta las estancias de otros colores. Desconcertado, no sé a qué atenerme; los cambios y actualizaciones se suceden demasiado rápido. También observo que hay quien ha copiado mi idea del ojo que emerge de las aguas, o bien se ha inspirado en él. Más tarde se imponen otra vez los cambios y la gente pinta otros cuadros que no tienen nada que ver: cuadros abstractos, con abundante colorido, o cuadros de estilo pop con pequeñas figuras representadas o pegadas mediante collage sobre fondos lisos, a semejanza de las obras del Grupo Crónica, por ejemplo. Me causan envidia, me veo algo inferior o impotente por no ser capaz de salir de mi estilo y concebir estas obras.

Pastorets como un coro griego (finales julio 2014)

Asisto a la representación de la obra navideña 'Els Pastorets' tras haber dejado de dirigirla -en la vida real-. El primer acto me asombra. Una serie de personajes están situados en semicírculo, como una especie de coro griego, y los parlamentos se van sucediendo de uno a otro con el correspondiente juego de iluminación. 

En el extremo izquierdo se encuentra una representación del origen de la vida, una Venus vestida de blanco interpretada por la cantante Shakira. Y en el extremo derecho están las fuerzas del mal: por un lado el diablo, interpretado por mi tío abuelo Ferran, y a su lado, a la derecha, un personaje oscuro que interpreta genéricamente el Infierno.

El ángel-Venus encarnado por Shakira entona una primera intervención a favor del bien, y a continuación los focos se sitúan sobre el diablo, que habla con una voz ronca y reverberante, verdaderamente intimidatoria, asomando cara y mentón en gesto amenazante. Al parecer, el diablo acepta cierta prueba o intercambio propuesta por los ángeles, y esto enfurece al Infierno, que lo sacude repentinamente acusándolo de "calzonazos". 

Viéndolo esta vez como espectador, me parece una idea muy original esta separación entre el diablo y el infierno, entre el personaje y el ente abstracto. En general, toda la puesta en escena de este primer acto me gusta mucho, y siento cierta envidia porque no se me hubiera ocurrido a mí antes.

sábado, 26 de julio de 2014

Un barco se lleva mi casa a cuestas; tengo miedo (finales julio 2014)

Vamos a iniciar una larga travesía por mar. La idea me causa cierto desasosiego, más todavía cuando me entero del curioso método que se va usar para el viaje. Un enorme barco va hacer de remolcador o soporte para trasladar enteramente la finca donde viven mis padres, con sus tres pisos a cuestas. Es decir, que arrancarán el edificio de sus fundamentos para subirlo, por decirlo así, a bordo, o que la casa se convierta en embarcación. Pienso en lo dramático que se sería un posible naufragio; además del accidente en sí mismo, perderíamos nuestra casa de toda la vida.

Nos dirigimos a la terminal o muelle desde donde va a zarpar el barco y he aquí que los terrenos se mueven sobre el mar y algunos tramos deben superarse a nado. A lo lejos vienen, nadando esforzadamente, Gemma y Sergi, compañeros del trabajo que han quedado rezagados. Al llegar a la terminal veo que se trata de una isla, con las instalaciones en medio y, completamente bordeada de zonas de playa, con arena y bañistas. Pienso que todas las estaciones y aeropuertos también podrían ser así, para amenizar la estancia de los pasajeros y visitantes.