domingo, 14 de septiembre de 2008

La India sevillana, fotos en Bilbao, el niño pequeño y Nosferatu (13-14 septiembre 2008)


Noche de muchos sueños dispares, interrumpida por desvelos.

1 Viajo a la India con Laura. Entramos en una ciudad muy populosa y nos introducimos en una especie de procesión hindú. Para seguir el ritual debemos llevar unos ladrillos humeantes. Poco después, la procesión va cogiendo un tono festivo y los presentes se arrancan con sevillanas. Empiezan a entonar el 'Cántame' de María del Monte y me sumo a ellos con fervor.

2 Viajamos por tercera vez a una ciudad que tan pronto parece Madrid como Bilbao. Ya me conozco todos los rincones de la urbe y aprovecho para tomar nuevas fotografías. Me coloco frente al museo Guggenheim. Veo una gran reja en forma de ola, a la que se accede por una pequeña escalera monumental. La reja está forjada con líneas caprichosas, como las puertas de La Pedrera de Gaudí, en Barcelona. El conjunto de escalera-reja también me recuerda a la entrada de la catedral de Santiago de Compostela. Pongo mi cámara en opción blanco y negro y espero a que algún turista cruce la escalera para tomar una instantánea. Hago varias tomas pero todas me salen mal: borrosas o cortadas.

3 Juego animadamente con un niño pequeño, quizá mi sobrino o incluso mi propio hijo. Hago reír al bebé y llamo a mi madre para que lo vea.

4 Un hombre de mediana edad discute agriamente con su esposa. El hombre es alto, huesudo, de pelo espigado, y quizá tiene bigote. Con ira contenida, le hace todo tipo de reproches a su mujer. Toma una pizarra, donde hay un crucigrama; borra unas casillas y escribe en ellas palabras clave de la discusión. Más tarde el hombre sale de casa enfurecido. En el rellano empieza a transformarse en un ser loco y monstruoso, como Mr. Hyde, o el Joker, aunque a quien más se parece es al vampiro Nosferatu, en el cine de terror antiguo. Desde fuera soy testigo de la transformación, ya que la sombra de Nosferatu aparece a través de un ventanal translúcido.

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