Familiares y amigos nos reunimos en los bajos de una casa. Un gato irrumpe en la escena; le conocemos y le recibimos con alborozo. Entonces aparece un ratón. El roedor corre cerca de mí y aprovecho para pisarle la cola. El gato se acerca a su víctima, compone un rictus de astucia. Muestra los dientes y empieza a arrancarle la cabeza. Los presentes reímos a carcajadas.
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