lunes, 29 de diciembre de 2014

Feto blando apresado en una caja de pastillas (finales diciembre 2014)

Estoy en un quiosco y compro unas pastillas. No recuerdo si son alguna medicina o una especie de caramelos. Me doy cuenta que, tras la parte plateada donde están contenidas las pastillas, hay una masa carnal algo amorfa. Se trata de un feto a media gestación, como un amasijo de cera o plastelina. Al abrir la caja y manipular las pastillas, el embrión se va desperezando y parece querer salir de su opresión. Aparentemente, los fetos se colocan en estas cajas de pastillas para dar más fuerza o sustancia al producto. Me siento culpable por haberlo comprado y vuelvo hacia atrás. Vigilando que no me vea nadie, dejo la caja colocada en un lugar de la acera junto al quiosco. Lo he recogido y aplastado y se ha convertido en una bola amorfa. La dependienta se da cuenta de mis actos e intento devolverle el feto-fármaco contándole la situación.

domingo, 21 de diciembre de 2014

La vuelta al mundo en cisne (mediados diciembre 2014)

Un personaje surca el mar a lomos de un cisne. Se le puede observar a vista de pájaro. Aunque está de espaldas,  se le reconoce fácilmente como el joven Atreyu, el guerrero que protagoniza las aventuras de 'La historia interminable' de Michael Ende. Al parecer quiere dar la vuelta al mundo sobre el gran cisne blanco a modo de barca. Pero hay algo extraño. El cisne aparece constantemente con la cabeza hundida en el agua: sólo vemos su cuello esbelto y níveo. En realidad se trata del extraterrestre E.T., a quien el joven quiere esconder para no levantar suspicacias. Atreyu aparece como si fuera el alter ego de Elliot, el niño de la película de Spielberg que traba una entrañable amistad con el alienígena. A la vez, la imagen del cisne surcando el mar parece una evocación del dragón blanco Fujur de 'La historia interminable'.

En el mismo sueño, viajo en una especie de vaporetto o ferry de pequeñas dimensiones que hace escala en varios lugares del Mediterráneo. Me emociona cuando pasamos por L'Alguer, en Cerdeña, y veo rótulos e inscripciones en catalán (la embarcación pasa a través de las calles). Al llegar a mi destino, no encuentro el billete y estoy un buen rato buscándolo frente a unos severos revisores, que no me dejan bajar.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Bailo con velos árabes (principios diciembre 2014)

Estoy con Yasmina, amiga de la familia de origen marroquí. Se me ocurre un juego y escribo su nombre sobre un papel. Inmediatamente suena una animada música oriental, la misma que suena en la película de 'El Príncipe de Egipto' durante la escena de la danza en la casa de Jetró. Nos cubrimos con unos velos blancos translúcidos y empezamos a bailar, espontánea y gozosamente. Mi padre nos observa con el ceño algo fruncido.

Manguerazo contra la cucaracha y ensoñaciones del desierto (principios diciembre 2014)

Estoy en el jardín de mis abuelos, en Ordal. Me encuentro en una de las esquinas de la finca, tal como se entra, a la izquierda. Hago algún tipo de trabajo o juego en los márgenes, manipulando las plantas, la tierra y las macetas. De repente veo una cucaracha y la ahuyento con el chorro de agua de la manguera. Mi abuelo Eudald pasa por allí y me reprende por mi acción. Él quiere que mantenga el jardín en un determinado orden y estructura. Acto seguido pienso en el desierto, y lo difícil que sería mantener conscientemente su delicada orografía de surcos y dunas en la arena. Evoco la imagen del vasto paisaje desértico.

Muere mi abuela y aparecen dragones y murciélagos pintados (principios diciembre 2014)

Sueño que muere mi abuela materna, Mercè (vive en la vida real). Su adiós me impacta y lloro compungido. Pienso que, a pesar de que tuviera defectos, la muerte la embellece y hace que la añore y valore más. Asistimos a su entierro en Ordal. Mucha gente asiste al funeral. Descubro que la iglesia tiene muchos lados y estancias que no conocía. La fachada posterior está cubierta de esgrafiados barrocos de color rojo, verde y amarillento, y tiene una gran tribuna o balcón que puede divisarse desde un amplio patio interior. Merodeando por los espacios del templo, que desconocía, veo unas extrañas pinturas, medio borradas o esbozadas, de murciélagos y dragones con las alas extendidas y un cierto aire heráldico y triunfal, como de escudo o enseña medieval. No sabía que estaban allí.

Mientras me acerco a distintos grupos de personas creo estar volando en modo horizontal, como a un metro y medio en paralelo sobre el suelo. Pero enseguida descubro que son imaginaciones mías, ya que tengo los pies en el suelo. Me desilusiona: el que me vieran elevado me hacía sentir pleno y especial.