domingo, 19 de junio de 2011

Volando sobre el delta del Llobregat, explorando túneles fluviales (18-19 junio 2011)


Sobrevuelo a vista de pájaro un paisaje idílico de la zona del delta del Llobregat, con una miríada de humedales y bellas extensiones verdes. Diviso la iglesia de Sant Baldiri de mi ciudad, Sant Boi, e intento aterrizar para contemplarla de frente, aunque no consigo afinar la posición (como si navegara por el Google Earth). Más tarde me dirijo al curso del río y exploro túneles subterráneos, preñados de humedades, que deben llevarme al aeropuerto de El Prat (?). Sin embargo, poco antes de llegar, alguien me advierte que deberé atravesar un conducto estrechísimo, que me obligará a deslizarme por él como una lombriz. La imagen, ya repetida en otros sueños, me aterra inmediatamente y me llena de claustrofobia, así que decido echar marcha atrás.



lunes, 13 de junio de 2011

La Torre Eiffel en una ciudad nocturna e irreal (12-13 junio 2011)


Es de noche. Voy paseando con Laura por una ciudad imaginaria, donde, gracias a un extraño poder, puedo conseguir que aparezcan imágenes y monumentos donde y cuando quiera. Doblando una esquina, a lo lejos, aparece la Torre Eiffel, bellísima, iluminada en tonos rojizos y violetas, en medio de la bruma nocturna. También van apareciendo iconos de otras urbes, mezclados en una suerte de parque temático. Intento que todos estos prodigios encandilen a Laura, aunque ella parece algo absorta.

miércoles, 8 de junio de 2011

Invadido por murciélagos minúsculos (7-8 junio 2011)


Sueño que estoy en la cama y, de repente, me invade una bandada de murciélagos diminutos; me cubren rápidamente todo el cuerpo y me muerden las carnes por todas partes, hasta que consigo espantarlos y huyen. En todo momento me embarga una desasosegante sensación de peligro, como de guerra o de explosión nuclear inminente.

sábado, 4 de junio de 2011

Sueños con difuntos (principios junio 2011)


Estos días, muchos sueños con personas fallecidas: mi abuela, mi bisabuela y nuestra amiga Merche. Aparecen de nuevo con gran vitalidad, a menudo muy bien vestidas y arregladas, con aire de bonhomía y como dispuestas a ayudar a los demás o a interceder para atajar crisis y sufrimientos.

Entro en el mar por un pasillo seco y veo la ermita de Sant Ramon brillante (principios junio 2011)


Estoy en la playa, y he aquí que puedo entrar en el mar por un pasadizo seco y largo (como una versión doméstica del Mar Rojo de Moisés). Curiosamente, el mar no discurre en línea horizontal, sino que presenta grandes desniveles; por una parte las aguas, en un sitio muy elevado; por otra, la parte enjuta por donde voy andando, junto a otras personas. Sigo caminando y llego a un paraje entre aguas, plantas y árboles, desde donde se puede gozar de una vista bellísima de la ermita de Sant Ramon de mi ciudad, Sant Boi. El templo aparece en escorzo, muy grande (como si lo viera a través de un zoom), enmarcado entre los ramajes cercanos y con una luz dorada y perlina del atardecer. Lamento no llevar la cámara encima para atrapar una imagen tan embelesadora y vívida.

Mi abuela revive y me da la mano (principios junio 2011)


Soñado durante una siesta, con sensación de gran realidad. Con los ojos entreabiertos, miro hacia el sofá del comedor de la casa de mis padres y veo a mi abuela, recientemente fallecida, sentada de nuevo entre nosotros. Está muy cerca de mí y le tiendo la mano: ella me la estrecha cariñosamente. Hablamos brevemente. Se la ve feliz y tranquila. Luego desaparece e intento recrearla, pero no lo consigo.

Me pierdo en un barrio laberíntico (principios junio 2011)


Quedo con mi amigo Jose cerca de su casa y tomamos como referencia el local conocido como "Don Pollo". Para no tomar el camino de siempre, me meto por los callejones de un barrio algo laberíntico, con muchas casas de ladrillo rojo o rosa amontanadas (existe en la realidad, aunque no tan estrambótico). He aquí que llego a la casa de unoc chinos, que me miran con extrañeza. Les pregunto el camino, pero no saben responderme; en esto aparece mi amigo Andrés, con aire sonriente, y se ofrece para llevarme en coche, pero yo rehúso, porque la situación me avergüenza.