sábado, 4 de junio de 2011

Entro en el mar por un pasillo seco y veo la ermita de Sant Ramon brillante (principios junio 2011)


Estoy en la playa, y he aquí que puedo entrar en el mar por un pasadizo seco y largo (como una versión doméstica del Mar Rojo de Moisés). Curiosamente, el mar no discurre en línea horizontal, sino que presenta grandes desniveles; por una parte las aguas, en un sitio muy elevado; por otra, la parte enjuta por donde voy andando, junto a otras personas. Sigo caminando y llego a un paraje entre aguas, plantas y árboles, desde donde se puede gozar de una vista bellísima de la ermita de Sant Ramon de mi ciudad, Sant Boi. El templo aparece en escorzo, muy grande (como si lo viera a través de un zoom), enmarcado entre los ramajes cercanos y con una luz dorada y perlina del atardecer. Lamento no llevar la cámara encima para atrapar una imagen tan embelesadora y vívida.

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