domingo, 10 de diciembre de 2017

Duermevela: desorientado, llorando, miedo a la muerte de seres queridos (10 diciembre 2017)

Microsueños y sensaciones en la duermevela durante una siesta en el sofá. Cada inmersión en lo onírico se traduce en una especie de taponamiento súbito en los oídos. Aparecen entonces miedos muy profundos y enterrados, entro en estado de total fragilidad emocional, sin protección alguna del principio de realidad o la razón; como un niño pequeño.

Pierdo la orientación al adormecerme y me imagino a mí mismo del revés, en varios ángulos, posiciones y centros gravitatorios. La sensación me divierte y a la vez me angustia, como si estuviera fuera del mundo, sin coordenadas o cercano a la muerte.

Cada vez que me adormezco me sobrevienen pensamientos, recuerdos o premoniciones sumamente melancólicos que me hacen llorar intensamente (aunque parece que en la vida real no lo estoy haciendo): por ejemplo, al evocar mi padre durante mi niñez, al evocar su posible pérdida, o la muerte de otros seres queridos, como José C., marido de Carmen C.

En la misma duermevela, tengo varios falsos despertares en los que siento como me deslizo por el sofá hasta arrastrarme por el suelo y llegar al lavabo, guiándome por el tacto y con los ojos cerrados. Tengo la casi certeza de que lo estoy haciendo en la vida real, aunque no es así. Fantaseo con trasladarme sin salir del estado de reposo onírico.

Entrevisto al Papa de Roma, me quedo a medias (9-10 diciembre 2017)

Me seleccionan para entrevistar al Papa Francisco junto a unos cinco o seis periodistas más. Uno de ellos es Jesús G., amigo de la universidad, que actualmente trabaja en el diario 'El País' (yo en televisión, en La Xarxa). Se trata de una entrevista excepcional y muy esperada. Se emite en directo en un gran plató de televisión con público. 

Los periodistas preguntan al pontífice con gran ahínco y el entrevistado se prodiga con respuestas largas y razonadas donde expone su visión del mundo, su sensibilidad hacia los pobres y las injusticias, etc. Apenas me dan tiempo para hacer una pregunta. Cuando quiero hacer otra ya no hay tiempo y Jesús me reprende por mi actitud, como si impidiera el trabajo o el lucimiento de los demás. Su reprimenda me duele especialmente.

Finalmente termina la entrevista y me quedan muchas preguntas en el tintero. Quisiera haberle preguntado algo como: "¿Qué es lo que vale la pena para que nos levantemos cada mañana de la cama?".

Tras la entrevista, Francisco se queda charlando con periodistas y gente del público, amable pero adusto. Se quita la casulla y se va retirando.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Mi abuelo en una peli de Berlanga (mediados septiembre 2017)

Me encuentro dentro de una película de Luis García Berlanga. Mi abuelo está muy mal de salud y acuden para atenderlo.

Desanimado, me llevan a las pirámides y suena Lawrence de Arabia (mediados septiembre 2017)

Estoy lloroso, muy débil y desanimado, como después de una borrachera. Mi hermana Cristina y Gisela, compañera del trabajo, me ayudan a levantarme y a vestirme para salir a correr. Pasamos por unas enormes ruinas egipcias y suena una música rimbombante y épica, al estilo de 'Lawrence de Arabia'. El paseo triunfal me anima un poco.

Perdido en mi piso, añoro a mi madre (octubre-diciembre 2017)

Muchos sueños tristes durante este otoño, en los que me sueño en mi cama, pero puedo reconocer si estoy en mi piso, en el piso que compartía con Laura o en casa de mis padres.

En algunos de ellos, sueño que despierto y oigo el rumor perfectamente familiar de un sábado por la mañana, de mis padres, que merodean por casa, faenan, escuchan música o el televisor o preparan mesa para el desayuno o los laudes matinales. Me siento repentinamente solo, aislado y nostálgico de aquellos momentos, e intento llamar a mi madre con una voz interior y llorosa: "Mama, on ets? On ets?".

En otro sueño, el cuarto está oscuro y percibo que entra alguien. Creo que se trata de mi tío Josep. Me pregunto si habrá más gente, siento miedo, enciendo el flexo y lo blando como autodefensa.

Niña-muñeca colgada en la fachada (18-19 octubre 2017)

Estoy en un hospital. A través de la ventana, veo una misteriosa muñeca-niña, muy pequeña, colgada de una fachada exterior y gimoteando. Me produce sobresalto y compasión, pero todos me dicen que debe ser así. Vuelvo a mirar y de repente ya no está. Bajo las escaleras del hospital a toda prisa para rescatarla, por instinto de protección y también por una insaciable curiosidad. No la encuentro. Ando por descampados, temo que aparezca hostilmente y me ataque, despechada por no haberla salvado antes. Intento montar sobre unos animales que parecen llamas jóvenes, pero no aguantan mi peso y se desfondan.

"Nos toca ser héroes tristes como Batman" (21-22 septiembre 2017)

Sueño que reflexiono esta misteriosa frase: "Nos toca ser héroes tristes como Batman". Pienso en ello tras una caótica escena en la biblioteca de Sant Boi, donde acudo a presentar un libro -en la vida real, estos días he presentado el libro de mi amigo Agus Morales, junto a nuestra ex compañera de universidad y actual concejal, Alba-. Voy muy desorientado, llego sin calzoncillos. Se oyen quejas porque le han robado comida a una mujer. Se está representando una serie en directo, una especie de serie-teatro. Un impulso me lleva a subir, pero Paula V. y otras ex compañeras de la universidad me frenan. Aparece una actriz cómica criticando con sorna la cutrez de ciertos cargadores de móvil (?). Por un momento pensaba que estaba en Madrid. Después vienen mi hermano Lluís y mi primo Marc. Voy situándome, tomo conciencia de mi desorden mental, me pongo los calzoncillos y entonces pienso la frase sobre Batman.

El mar en mi casa, otra vez (26-27 noviembre 2017)

Sueño recurrente. Veo el mar a través de la ventana de mi casa, casi rozando el edificio. Me maravilla haberlo descubierto y me enorgullece tener esas vistas; mi casa parece de repente un lugar mágico y privilegiado.
 

Ojos sellados, líquido de plata y macetas para mis abuelos (21-22 octubre 2017)

Soñado en el sofá de mi amiga Judith, en una noche breve y de sueños entrecortados. Regreso de un viaje y traigo unas pequeñas macetas como regalo para mis abuelos. Voy en bicicleta. Llego a casa de mis padres y dejo allí de momento los souvenirs. Entregaré el regalo a mi abuelo paterno Cristino y después iremos a Ordal para dárselo a mis abuelos maternos, Eudald y Mercè. Sin embargo, algo me angustia: no puedo abrir los ojos por más que lo intente; los tengo como pegados o adormecidos.

En otro momento despliego una especie de sobre de papel de aluminio y veo que el propio material ha generado un extraño líquido metálico. Mi madre lo ve y asiente con condescendencia, como si fuera algo habitual que genera mi abuelo Eudald (?).

¿El joven de la perla? (principios noviembre 2017)

Mi hermano Lluís y yo viajamos a Alemania junto a un grupo. Pasamos por una farmacia y de repente me tienta la idea de preguntar por unos pendientes -en la vida real desde hace años me seduce la idea de ponerme alguno, aunque no lo hago-. Pido unas pequeñas perlas y me intereso por cómo debería hacerme el agujero. Me ilusiona.

Perseguidos por la policía en el referéndum (15-16 octubre 2017)

Muchos sueños sobre la agitación política y callejera del referéndum en Catalunya y la posterior declaración de independencia. La policía nos persigue por ir a votar. Precintan todos los edificios. Mi madre también está presente y participa en la movilización. La sensación de riesgo es como un acicate, me anima a actuar.

Viajo a Varsovia y a Corea (octubre-noviembre 2017)

Muchos sueños sobre viajes durante el otoño de 2017. En uno de ellos viajo a Varsovia en un enorme avión y he aquí que el trayecto me teletransporta al pasado y contemplo la ciudad tal como era en la época soviética, en los años sesenta. La imagen me fascina. En otro sueño viajo a Corea.

Trabajo forzado en un cuartel (24-25 septiembre 2017)

Soñado durante los días en que era noticia el cuartel militar de mi ciudad, Sant Boi, por la posible llegada de guardias civiles y policías nacionales que han acudido a reprimir el referéndum y la posible declaración de independencia de Catalunya.

Sueño que trabajo en un cuartel, en el área de mantenimiento. También trabajan conmigo Laia, compañera de trabajo en la vida real, y otras chicas de mi edad. Hemos sido destinados allí de manera forzada y arbitraria. Para animarlas, les digo que no habrá para tanto y que lo pasaremos bien.

Más tarde estamos en el interior de un hotel y vemos a Donald Trump en una piscina llena de bolas, con mujeres desnudas, como Biff en 'Regreso al futuro II'. Nos asquea el ambiente corrupto y pecaminoso. El mundo se ha corrompido y militarizado, está en manos de cleptócratas.




Visiones del Park Güell; perdido en Barcelona (finales octubre 2017)

1 Varias visiones extrañas del Park Güell de Gaudí, en Barcelona. En una de ellas, lo contemplo a vista de pájaro o de dron. Es una vista virtual con hiperrealismo digital, que muestra los estragos de la sequía. El supuesto lago que se hallaba en el parque -no así en la vida real- ha desaparecido completamente, y también otros muchos embalses y ríos, como en una premonición digital del cambio climático.

2 Desorientado y perdido por Barcelona, voy solamente con una camiseta de manga larga, ni siquiera llevo calconcillos. Junto a mi hermano Lluís y otras personas, intentamos subir al hotel que se encuentra al final de la Rambla, junto a Colón, y que nos comunica con las torres de la catedral y espléndidos miradores a los que se accede por complejos mecanismos como pistas laberínticas. Optamos por el ascensor, aunque tampoco funciona completamente. Pregunto en todo momento por mi mochila y otras pertenencias; Lluís se da cuenta de que mi rara amnesia y me reprende por ser tan despistado. Entramos en un hotel lujoso de otra época. Tengo la sensación permanente de perder la memoria más inmediata.

3 Ganas frustradas de verano. Queremos ir a una playa que no es tal; de cerca vemos que se trata de un embalse extraño y precario, pero aun así nos tiran las ganas de revivir el verano y bañarnos. Finalmente, el frío y el entorno no acompañan y me abstengo.

Belleza y soledad en México (principios diciembre 2017)

Varios sueños sobre viajes y trayectos caóticos en los que me pierdo, me desconcierto o no llego a mi destino.

1 Viajo a Ciudad de México y me asombra su gigantismo y su mezcla de aspecto neokorquino, con rascacielos y pináculos neogóticos, con el aire latino, luminoso y vital. Me alojo en un gran hotel. Estoy solo. Miro por los grandes ventanales y admiro las avenidas urbanas monumentales. La radio está encendida y a todas horas suenan canciones mexicanas hermosas y algo almimbaradas que me hacen pensar en la película 'Coco' -que hace poco vi en la vida real-. La belleza urbana apenas me redime de mi tristeza y melancolía, como si esperara a que acudiera alguien. 

2 Subo al autobús en dirección al trabajo, a Barcelona. Es muy temprano, aún está oscuro. Apenas he acertado a encontrar la parada y el trayecto se hace extrañamente largo. Unas horas después, pregunto al conductor donde nos encontramos y descubro el error: estamos llegando a Zaragoza. He perdido totalmente mi sentido del orden y la orientación.

Pellejo de niño que llora (principios diciembre 2017)

Voy por la calle. Estoy de viaje en algún lugar lejano. Aparece Glòria T., compañera del trabajo, algo ajetreada. Me pregunta qué tipo de bebida necesita mi abuelo paterno Cristino, como si estuviera al cargo de él y fuera a ir de compras. 

Me fijo en ella. Empuja un carrito con un recién nacido. Al parecer, acaba de parir, pero nadie lo diría. La criatura aún llora, como si tuviera minutos o segundos de vida. Decidida, Glòria le arranca una especie de pellejo que le cubría todo el cuerpo, como si fuera la costra o malla que le protegía en el útero (en el sueño lo considero un proceso totalmente natural).

La madre extrae pues la segunda piel de la criatura, la deja colgada en la barra del carrito y he aquí que el pellejo, como si aún conservara la vida incipiente y palpitante del niño, o como si se tratara de algún miembro amputado, aún sigue llorando y agitándose durante unos momentos. Me sorprende la brusquedad de la madre frente a la fragilidad del cuasi embrión.