viernes, 27 de agosto de 2010

Descalzo en el metro y la rana cantarina para mi hermana llorosa (20-21 agosto 2010)


Voy descalzo por el metro. Algún amigo me ha traicionado y ha provocado que se pierdan mis sandalias. Bajo del metro, vuelvo a subir y encuentro sólo una de las dos sandalias extraviadas. Pregunto a una mujer dónde comprar calzado y me indica una dirección, en la misma zona del suburbano. Finalmente compro unas sandalias rojas y blancas, no muy de mi agrado.

Más tarde veo a mi hermana Anna sollozando. No sé por qué llora. Me voy a comprar una rana cantarina y bípeda, que habla y tararea melodías con una voz de pito desternillante (parece el personaje de Crazy Frog). Llevo a mi particular mascota con una correa y he aquí que la rana se va paseando enfrente de los pasajeros del metro, cantando sus melodías chifladas. Me divierte distraer así al personal. Finalmente la rana se coloca ante mi hermana, pero, a pesar de sus locuras, no consigue hacerla reír. Ella sigue sollozando.

jueves, 12 de agosto de 2010

Duermo en mi coche, increpo a un conductor, todo es una confusión mía (11-12 agosto 2010)


Sueño muy inquietante y narrativo, donde veo retemblar mi responsabilidad y mis sentimientos de culpa con gran sensación de realidad. Ocurre así:

Paso toda la noche durmiendo en el coche de Laura. En el sueño, se trata de mi coche y sé conducirlo, aunque con torpeza (en la vida real no tengo ni siquiera el carnet). Está aparcado en una plaza de mi ciudad, Sant Boi, frente a la oficina bancaria donde trabaja mi padre. Me despierta el teléfono. Me llaman para asistir al funeral de una señora mayor, de una familia conocida. 

Salgo del coche para escuchar mejor, y, he aquí que, al volver a entrar en el vehículo, veo a un hombre cómodamente colocado en el asiento de atrás, junto a su hijo de unos diez años. El extraño conductor, al que llamaremos Nicolas, tiene la cara de un conocido actor (creo que francés, no recuerdo cuál): media melena gris, nariz aguileña, ojos saltones, expresión adusta y sarcástica.

Nervioso, me enfrento a Nicolas y le digo que está en mi coche. Él parece no dar crédito, se muestra parsimonioso y me da a entender que está en su coche, pero yo insisto, con agresiva contundencia, y le exijo que salga. Finalmente, resignado y humillado, el misterioso conductor abandona el coche y se va caminando con su familia.


Cuál es mi sorpresa cuando, tomando distancia, descubro que el equivocado soy yo: no se trata de mi coche, sino de una gran furgoneta azul, que jamás he visto antes. Llamo a Nicolas para informarle del error y le pido disculpas repetidamente. El hombre regresa resentido por el incidente y, como si tramase una venganza, da a entender sibilinamente que sabe quién soy, uno de los hijos de Francisco I. (mi padre) y me pregunta cómo me llamo. Me niego a responder, para evitar caer en su juego. Nicolas prosigue con sus consultas intimidatorias y me pregunta cómo le van a mi padre sus vacaciones en "L'Ordal", remarcando sarcásticamente la pronuncia catalana del topónimo del pueblo de mis abuelos maternos, donde se encuentran efectivamente de veraneo. El personaje me infunde miedo, no sé lo que hará contra nosotros.


Más tarde veo que nuestro coche tiene unas bicicletas adosadas, plegadas como un acordeón, y le pregunto a Laura por ellas. Me dice que fui yo mismo quien sugirió el invento, y entonces lo recuerdo.

Minusválidos en nuestra casa y edificio en forma de Hitler (10-11 agosto 2010)


1  Laura y yo acogemos a unos chicos minusválidos (enfermos mentales, personas con discapacidades varias, etc) en nuestra casa. Laura va colocando a los chicos en diferentes estancias de armarios, encajados casi como objetos, porque no hay suficiente espacio. En plena tarea, Laura se atranca y queda bloqueada con las puertas. Nuestro amigo Javi lo contempla todo y advierte de que no lo estamos haciendo bien. 

Veo un curioso edificio moderno que imita el rostro de Hitler. Con formas rectilíneas muy simples, se dibuja el peinado del Führer, sus ojos y su característico bigotillo. Me admira el ejercicio de síntesis y me acerco para hacer fotografías.

Increpado por el padre de Gerard Piqué y vuelta a la universidad (8-9 agosto 2010)


El padre de Gerard Piqué me increpa a través de un artículo de prensa, porque, supuestamente, he criticado al jugador del Barça, tildándolo de perezoso, huevón o algo parecido. Mi padre me enseña el texto y yo no salgo de mi asombro; no recuerdo haber dicho esas palabras, pero siento remordimientos de haber podido hacerlo en un momento de humor o de descuido. Algo incrédulo, digo que no entiendo muy bien el texto de las acusaciones, pero mi padre, lacónico y seguramente dolido, me dice que él lo entiende perfectamente.


2  Vuelvo a la universidad. No sé qué hacer. Me agobia pensar que pueda fracasar en los nuevos estudios que emprenda.

La boda fallida y el caos (7-8 agosto 2010)


Asistimos a la boda de unos amigos, F. y K. (se han casado en realidad hace poco). El evento es fastuoso: se celebra en una gran iglesia, con muchísima gente y los novios engalanados. Todo parece marchar muy bien hasta que, de repente, en medio del bullicio, los contrayentes empiezan a discutir agriamente. Al parecer, el motivo del choque son las diferencias entre las dos familias, de clases sociales muy dispares (en el sueño). Lo que iba a ser una boda solemne se transforma súbitamente en un caos de gente, confusión y algarabía entre las paredes de la iglesia. En un arranque de picaresca, pienso en robar comida u otros enseres preparados para la boda (ya que no se van a usar), pero después reflexiono y me echo atrás. Poco a poco, los invitados se van trasladando a una estancia parroquial inmensa y oscura, y veo a uun grupo de personas que hacen cola ante el sacerdote para confesarse, como si necesitaran un acto de íntima penitencia después del gran desorden.

Venecia reproducida en mi ciudad (5-6 agosto 2010)


Por algún extraño prodigio, Venecia está reproducida en el interior de mi ciudad, Sant Boi de Llobregat. Visito las calles de la urbe con fruición. Después invito a mis padres a dar también un paseo por las avenidas venecianas. Mi padre refunfuña, perezoso. Insisto en ir por lo menos a la piazza de San Marco, ya que la tenemos menos vista.

lunes, 2 de agosto de 2010

Rueda de prensa de una hermandad en la Generalitat, llena de conocidos y amigos (2-3 agosto 2010)


Me envían al Palau de la Generalitat a cubrir una rueda de prensa. La convoca una extraña hermandad, fundada en honor a una santa catalana martirizada en Francia (?). En el trayecto en tren coincido con mi compañera de trabajo Mònica H., y descubro, para mi enfado, que el tiempo de la línea Sant Boi-Barcelona se ha alargado con nuevas paradas. Al llegar a nuestra estación de destino veo a otra compañera, Mo. Ca., ejerciendo como sindicalista ferroviaria de ERC para reclamar mejoras laborales.

Nos introducen por las estancias de la Generalitat, y vemos una sala señorial, de pequeñas dimensiones y repleta de bancadas (que en realidad correspondería al Parlament). Finalmente tomamos asiento en la sala de prensa. Allí sigue la concurrencia de personas conocidas: en este caso el anterior lingüista de la emisora donde trabajo, R. O.. Nos saludamos efusivamente y me siento a su lado.

Los responsables de la hermandad nos explican que la rueda de prensa se dará en un idioma extranjero (quizá francés) pero que habrá traducción. Los periodistas, contrariados, piden que el traductor hable delante de un micrófono para que lo podamos grabar, pero la mecánica final no queda muy clara. Intento conectar mi aparato con los cables, pero no me aclaro muy bien, porque hace tiempo que no salgo a cubrir actos. En la sala de prensa sigo encontrando gente conocida: esta vez al sacerdote Joan, que ha acudido interesado por la hermandad (ya la conocía). Le doy la mano y se sienta por ahí.

La rueda de prensa resulta algo desordenada y caótica; también con un punto teatral, porque nos hacen levantarnos, intervenir, etc. Al salir, pienso para mis adentros que la radio no me pedirá la noticia urgentemente, sino que irá al final del informativo en la sección de cultura. Así que me lo tomo con calma. En el mismo sueño, pregunto a mis padres si esa extraña beata catalana existe realmente o me la he inventando en mis sueños.

domingo, 1 de agosto de 2010

Historial onírico 2010


MUDANZAS, TESOROS Y DIABLOS

Por: Doctor Kieslowsky 

Querido Joan Pau:

Aunque ya me encuentro de vacaciones en el Báltico, y abusando de su confianza, me he tomado la libertad de analizar su material onírico durante este 2010. Ello permite sacar algunas conclusiones:

1  Aparece con fuerza el tema de la mudanza de vivienda. El onironauta visita nuevos pisos, y al principio resultan a) experiencias caóticas: la casa carece de intimidad, de orden, de espacio, de luz suficiente e incluso de estabilidad tectónica. En otras ocasiones, b) el soñador se muda a otra vivienda junto a sus padres, y más recientemiente, c) los sueños de mudanza se hacen positivos: el inquilino encuentra un espacio suficiente y, en una ocasión incluso se va a vivir allí con una hija imaginaria. En suma, el onironauta hace continuas incursiones simbólicas en el nuevo espacio y va ganando en adaptación y confianza; para culminar el proceso, tome Inmobilina Forte, 3 pastillas al día.

2  Quizá como correlato de lo anterior, aparecen los sueños sobre tesoros encontrados en casa de los padres y los abuelos. En la morada de los progenitores descubre antiguas pinturas, capillas, cruces y objetos de gran valor e incluso hallazgos arqueológicos, como tumbas de sus antepasados enterradas bajo el suelo. De este modo el onironauta hace un acopio simbólico de tesoros que le dan sentimiento de plenitud, siempre relacionados con las raíces, los orígenes y los vestigios que quiere conservar y proteger en su vida adulta, aunque sea en manos de sus mayores. El miedo a la pérdida de estos botines debe ser equilibrado con Livianex Efervescente, una solución cada semana.

Se multiplican los sueños de niños desprotegidos, que deben ser vigilados y rescatados por el onironauta. Estos niños (primos, hermanos pequeños, menores a su cargo o incluso hijos) aparecen en imágenes de peligro muy expresivas: con cuerpos deshechos, con cristales en los ojos, víctimas de accidentes en la carretera. Se manifiesta aquí una extraña ansiedad del soñador, que se siente responsable de otros seres más débiles, en un mundo precario y siempre amenazante. Compénselo con Segurina relajante, una inyección cada dos días.

4  Frente a los sueños claustrofóbicos, el onironauta vincula la belleza con la amplitud de los paisajes naturales, con frecuentes visiones de parajes rocosos, boscosos, arenales y grandes extensiones de nieve. A destacar también el lirismo de las visiones celestes: una panorámica nocturna de París con muchas lunas en el firmamento; un telescopio que devuelve la propia imagen de la Tierra y sus habitantes; y como colofón, la visión de un sol en forma de pecho que debe ser sumergido en las aguas, en una secuencia vibrante, biológica y barroca que evoca 'La pesca del atún' de Dalí. Se colige de estos relatos el deseo de inmersión y participación en una realidad mayor, un cosmos vivo y envolvente. Mantenga sus lazos con lo concreto mediante Empirina Forte (debe tenerlos en casa, porque ya se los receté en una ocasión).

Para acabar, me ha sorprendido vivamente la irrupción de la visita diabólica en verosímiles alucinaciones hipnagógicas (antes de dormirse), donde el soñador ha visto con gran nitidez una niña terrorífica que le susurra o inquietantes personajes oscuros  -en forma de sombras- entrando en el cuarto. La escalofriante iconografía de estos trances se completa con una batería de manos que aparecen bajo la cama e incluso una fuerza invisible que tira de la manta y destapa al soñador a media noche. Conocida la afición del onironauta por el cine de terror, le recomiendo consumir únicamente comedias románticas y dibujos animados durante una buena temporada, durante la cual tomará Ajuscontrademoniusyotrosmonstrus en cápsulas; atención porque se le puede repetir por su alta concentración de ajo (Por lo demás, mis colegas españoles me informan del elevado consumo de este producto en verano, a través de un refrescante brebaje de hortalizas conocido como gazpacho. Así pues, mi último consejo antes de septiembre es éste: ojo con el ajo). 

Dr. Andrzej Kieslowsky
Calle Starowiejska 16 2º piso
00-459 Gdansk
Tel. +48 58 349 12 48 Fax +48 58 349 20 74

El piso oscilante (5-6 febrero 2010)


Laura y yo visitamos un piso donde iremos a vivir. Se trata de una vivienda donde ya estuvo mi hermana Cristina; es un bloque de dos pisos ya ocupado, y nos lo realquila un matrimonio de mediana edad. La mujer está haciendo la siesta. Todavía tumbada, con un aspecto algo hortera (pelo rizado teñido de rubio, labios pintados de color chillón), la propietaria nos informa de que dormiremos abajo, y ellos arriba (o al revés, no lo recuerdo...).

No me queda muy claro como funcionará la distribución de la vivienda. Además, el primer piso y el segundo están separados por una escalera sin barrotes, y sólo un sofá desmontable ejerce de barrera. Temo que, empujándolo involuntariamente, podamos caer abajo.

Y para más confusión, mientras estoy sentando escuchando las explicaciones de los propietarios, he aquí que me fijo en los ventanales y percibo que el edificio oscila muchísimo; prácticamente se mueve varios metros, a tenor de la visión del paisaje, que se va desplazando. Al preguntarles sobre el fenómeno, se ríen; dicen que eso no ocurre en absoluto, que es mi imaginación. Laura tampoco lo aprecia.

Réplica de mi piso en Ordal (31 julio-1 agosto 2010)


Estamos en Ordal, en la finca de mis abuelos maternos. En la parte de abajo de la casa, junto al garaje, hay una reproducción casi exacta del piso donde me voy a mudar junto a Laura. Allí parece más grande: descubro que hay tres habitaciones y que se puede pasear por sus amplias estancias. Se lo cuento a Laura, para que vea que nuestro piso no es tan pequeño como puede parecer.

Líquidos y asaltadores en el ayuntamiento de Barcelona (21-22 julio 2010)


Estoy en el ayuntamiento de Barcelona cubriendo una rueda de prensa. Por algún extraño mecanismo, las declaraciones o cortes de voz se han convertido en líquidos, guardados y etiquetados en una estantería. De modo que, en vez de usar el micrófono, cojo cuidadosamente el líquido que me interesa para mi noticia y lo voy extrayendo. De repente, entran en las dependencias del consistorio unos asaltadores enloquecidos: entran corriendo, gesticulando, con el rostro desencajado y chillando. La irrupción me provoca un escalofrío, pero los extraños invasores enseguida se van, con su torcida expresión.