Estamos en Ordal, en la finca de mis abuelos maternos. En la parte de abajo de la casa, junto al garaje, hay una reproducción casi exacta del piso donde me voy a mudar junto a Laura. Allí parece más grande: descubro que hay tres habitaciones y que se puede pasear por sus amplias estancias. Se lo cuento a Laura, para que vea que nuestro piso no es tan pequeño como puede parecer.
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