sábado, 7 de marzo de 2009

Peligro en Afganistán, pánico en el ascensor y la silicona de Cristina Fernández (6-7 marzo 2008)


1 Llego a un campo de refugiados de Afganistán gracias a un ingenio de realidad virtual. Aquí y allá se amontonan grupos de lisiados, gente pobre, enfermerías, etc. Entro en el recinto, en forma de laberinto, y de repente, en uno de los pasillos, nos sorprende un ataque enemigo. Disparan contra alguien con un denso estallido de fuego y me protejo tal como me han aconsejado: escudándome tras la persona que tenga delante. El disparo nos propulsa hacia atrás.

2 Estoy en un ascensor, en Barcelona, junto a mi amigo José Luis (Sose) y varios ex compañeros de la escuela, como Inma. De repente, la cabina empieza a sufrir convulsiones debido a que tenemos los teléfonos móviles encendidos, como si hicieran interferencias. Sose se altera sobremanera. Nos increpa por no haber apagado el teléfono y teme lo peor: el ascensor se derrumbará súbitamente, moriremos. Intento calmarlo. Finalmente el ascensor baja de forma normal, con algunas vibraciones, y podemos salir de edificio.

Me dirijo hacia la estación de tren para volver a mi casa, a Sant Boi, pero el camino se me alarga más de lo esperado. Cuando creía que había llegado a Plaça Espanya, en realidad todavía estoy en Plaça Catalunya. Agobiado por la hora -ya son las 3 de la tarde y me esperan para comer en casa-, decido llamar un taxi. El primero que pasa es un taxi muy antiguo, de formas redondeadas y amplio espacio interior, con algunas manchas como de humedad. El conductor es un hombre barbudo de aire ausente.

3 La presidenta de Argentina, Cristina Fernández Kirchner, comparece para criticar las operaciones de estética que, según ella, se han hecho la Reina de España, Sofía, y la princesa Letizia. Sin embargo, ella misma luce un enorme escote donde se aprecian sus implantes de silicona. Llamo a todos para que vean la imagen.

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