viernes, 14 de enero de 2011

Río de fuego (12-13 enero 2011)


Sueño de gran riqueza visual. Es de noche, estoy en casa de mis padres, dentro del baño que da a un jardín de vecinos, y abro la ventana. Cuál es mi sorpresa cuando veo el río Llobregat (que bordea mi ciudad, Sant Boi) convertido en un gran río de fuego, por causa de un extraño y apocalíptico incendio, que, paradójicamente, parece avivarse y tomar cuerpo en las aguas. Contemplo el trazado del río hasta el horizonte, con todo su caudal dorado, crepitante y vaporoso, encendido y casi bello en su apariencia infernal, como salido de un cuadro de El Bosco o de los simbolistas. También hay llamaradas muy cerca de casa, y enseguida se levantan los murmullos de alarma y preocupación del vecindario. 

Mientras el río arde, van huyendo bandadas de pájaros despavoridos; algunos están quemados o ennegrecidos, otros caen muertos junto a nuestra casa. También escapan otros animalejos, como pequeños mamíferos; todos ellos acuden en masa al jardín del vecindario, convertido en una suerte de Arca de Noé de urgencia. Las previsiones habían alertado de un incendio así, pero al ver el avance de las llamas me empiezo a estremecer.

Más tarde, entre el fragor de las llamas de esa noche extraña, acuden también los niños que actúan en la obra de teatro navideña de los 'Pastorets', entre ellos mi primo Noel, que interpreta a un pequeño Lucifer. Vienen relajados y sonrientes, como ajenos al incendio, y me sorprenden desnudo, así que salgo corriendo a esconderme y pido que alguien me lance unos calzoncillos.

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