1 mi hermana y las arenas movedizas. Estamos en una playa de arenas movedizas, que queda estancada como un lago, frente a un dique de tierra y rocas. Al parecer, mi hermana mayor, Anna, había estado por allí, y, asustado, pregunto a mi madre si habrá quedado atrapada bajo las rocas mientras buceaba. La imagen me recuerda a la novela 'La mort i la primavera', de Mercè Rodoreda, donde algunos buceadores, sondeando las aguas de un río, quedaban fatalmente sepultados bajo una montaña, donde perdían las facciones de la cara. Sin embargo, mi madre no lo ve posible e insiste que mi hermana estará bien, en algún otro lugar. Sigo caminando y, de repente, caigo por un hoyo y me hundo en un nicho lleno de chatarra oxidada. Me siento contrariado: quién me iba a decir que sería finalmente yo quien quedaría atrapado y accidentado.
2 otra vez mi abuela. De nuevo sueño que mi abuela todavía vive. La veo charlando animadamente, aunque con aire cansado, junto a mi abuelo y mi madre. Al parecer, mi abuela recuerda la experiencia de su muerte efímera y extraña, pero no quiere siquiera mencionarlo, como si fuera algo traumático o vergonzoso.
3 en el monte con mi padre. Voy andando Montserrat junto a mi padre y junto a unos de mis hermanos. Partidmos desde nuestra ciudad, Sant Boi de Llobregat, tal como solía hacer de niño y adolescente con compañeros y profesores de mi escuela. Caminamos toda la noche y llegamos al pie de la montaña: comento a mi padre mi sorpresa, porque hemos llegado muy rápido. Más tarde, en medio periplo por la montaña, vemos una ciudad bulliciosa llena de comercios, parecida a Andorra la Vella, como una especie de estación de paso. En otro momento me pongo a hacer fotos para sacar partido a ángulos de gran belleza, con la naturaleza y los excursionistas.
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