lunes, 30 de junio de 2008

Eurocopa (29-30 junio 2008)

Comparece el presidente de Alemania para hablar de la final de la Eurocopa de fútbol. Se trata de un personaje imaginario, sin equivalente real. En el sueño, la final se disputa entre las selecciones de Alemania y China. Inesperadamente el líder germano apoya a los chinos y alaba su gran talento y valía. Seguimos las declaraciones con estupor.

jueves, 26 de junio de 2008

Fuego en San Juan y Space Mountain (25-26 junio 2008)


1 Es la noche de San Juan. Subimos a una montaña alta de Barcelona, quizá el Tibidabo, y desde allí observamos los cohetes y fuegos artificiales. Estoy con mucha gente, casi todos mayores que yo. De repente, la montaña de Montjuïc, a lo lejos, empieza a arder; el fuego se va extendiendo hasta que una enorme cabellera de fuego cubre el monte por completo. Nos asustamos.

2 Estoy en un parque de atracciones. Convertido en un hombre mayor, subo al Space Mountain, el cohete espacial de EuroDisney. El aparato se pone en marcha y finge llegar al espacio exterior. Miro por una ventana y no se ve más que un artificial enladrillado. Mientras el Space Mountain hace el viaje de regreso vuelvo a mirar afuera y veo el entorno del parque, ambientado con figuras doradas de hombres barbados y animales que asocio a la Grecia arcaica.

Iglesia de Sant Boi (24-25 junio 2008)


Voy de excursión con mis amigos José Luis y Javi. Subimos a una colina y, desde allí, contemplamos la parte trasera de la iglesia de Sant Baldiri de Sant Boi. El emplazamiento me permite ver detalles que no conocía: un ábside fastuoso con esbeltas torres poligonales de aspecto románico.
Mis amigos me urgen a seguir el camino.

martes, 24 de junio de 2008

El pájaro-drogadicto (23-24 junio 2008)


Salgo al patio de mi casa junto a mi madre. El tejado de enfrente está repleto de pájaros, revoloteando por todas partes. La mayoría parecen aves pescadoras; pienso que quizá han acudido atraídas por las últimas lluvias. Muy cerca nuestro, junto a las macetas del patio, nos observan unos pajarracos azules, de plumaje muy frondoso, inquietantes y de grandes ojos. De repente uno de estos pájaros muda de forma y se convierte en un ser humano: un joven pelirrojo enfurecido, a quien hemos importunado mientras se drogaba. El toxicómano me empieza a perseguir; me meto en casa pero él sigue tras mi pasos. Amedrentado, pido ayuda y llamo a mi madre. El pelirrojo me alcanza y empezamos a forcejear. Me lanza improperios e insultos. Al fin se retira.

lunes, 23 de junio de 2008

Los Reyes Magos y disfrazado de globo (22-23 junio 2008)


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Los Reyes Magos, ataviados como austeros investigadores, comparecen en una gran mansión. Al parecer, el niño Jesús ha de nacer en aquella casa de ricos. Los Reyes, frente a una especie de astrolabio o bola del mundo antigua, me piden indicaciones sobre el lugar del nacimiento. Más tarde estoy durmiendo en la mansión y oigo el llanto de un niño pequeño en el piso de arriba. Es la señal para que vaya a proteger a la criatura recién nacida, pero tengo demasiado sueño para subir. En medio de esta historia se pasea una siniestra señora (¿quizá la madre del niño?) que oculta el rostro bajo un gorro antiguo de alta visera, como de holandesa o colona americana del siglo XIX. En vez de facciones, tiene una cara cadavérica como de trapo, con boca y ojos cosidos.

2 Estoy en una terraza con mis amigos, celebrando el cumpleaños de Susana a pleno día. Pasado un rato, empezamos a jugar: tomo un globo en forma de pelota de rugby, que simula una gran cara sonriente, y empiezo a agujerearlo. Hago un hoyo suficiente para metérmelo en la cabeza y disfrazarme de cabezudo.

3 Voy en metro y bajo en una estación. Azorado, me doy cuenta que he perdido mi mochila en el vagón.

domingo, 22 de junio de 2008

La noche en barco (21-22 junio 2008)


Hay un gran jolgorio, celebramos algo parecido a la verbena de San Juan. Voy junto a mi amigo José Luis y nos encontramos al alcalde de Sant Boi, Jaume Bosch. Tiene una cicatriz en el cuello y es que, al parecer, fue herido fortuitamente en una reyerta.

Decenas de jóvenes nos metemos en un barco y vamos a alguna isla o puerto cercano para proseguir la fiesta. Pasamos allí toda la noche. Al volver, ya de día, José Luis se pasea de un lado a otro del barco, nervioso y distraído, como si fuera solo. De repente, entre el pasaje reconozco a nuestra amiga Crispi, por sus cabellos cortos y rubios. Me acerco a ella y charlamos. Al llegar el barco a su destino, tomo unas tijeras y amago con pelarla. Ella se niega en redondo. Sólo me permite cortarle unos pocos pelos. Acerco la tijera y ¡zas!, para su indignación consigo quitarle todo un mechón.

jueves, 19 de junio de 2008

De nuevo me desdoblo (18-19 junio 2008)


De nuevo sueño que me levanto de la cama y salgo de mi cuerpo. Noto la sensación casi física de desgajarme del cuerpo y levitar. Salgo al pasillo y oigo animadas conversaciones diurnas. Creo distinguir las voces de mi madre y mi abuela materna Mercè. Como ya hice anteriormente, vuelvo a mi cuarto en busca del 'ser durmiente'. Intento dar la luz pero no se enciende; recuerdo entonces que la mayoría de interruptores del piso no funcionaban cuando me fui a dormir. Aun así me acerco a mi cama y busco a oscuras, hasta notar el tacto de mi propia cara y mi cuerpo yaciente. Repitiendo el experimento, levanto al cuerpo inerte y nos vamos frente al espejo del lavabo. Intento dar la luz y tampoco funciona. A media oscuridad, sólo se perciben los dos perfiles reflejados: en la retaguardia el Yo soñador, vivo y juguetón, y, un paso por delante, el Yo durmiente, que me tapa parcialmente pero no me eclipsa como en la ocasión anterior.

VER DESDOBLAMIENTO EN JULIO 2007

viernes, 13 de junio de 2008

Viaje al pasado y serpientes en mi cuarto (12-13 junio 2008)


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Voy a Ordal, el pueblo de mis abuelos maternos, junto a mis hermanos mayores, Ismael y Anna. He aquí que hemos viajado al pasado: reencontramos a nuestra difunta bisabuela, a nuestros abuelos más jóvenes e incluso vemos corretear por la terraza a Nit, el caniche negro que murió hace más de quince años. Al ver al perro me regocijo y llamo a mi hermano Ismael con exclamaciones.

2 Acudo a una cena de ex alumnos junto a Laura y Mireia. Entramos en una sala de fiestas, amplia y solitaria, y nos sentamos en una pequeña mesa redonda. Bastante apartados hay otros grupos de ex estudiantes con los que cursé Periodismo en la universidad. Me coloco cómodamente en mi silla e incluso estiro las piernas sobre la mesa, soñoliento.

3 Hay serpientes en mi cuarto. Los reptiles van apareciendo, uno tras otro, como si cayeran del techo. Son serpientes muy gruesas y hermosas, con pieles rojizas o azuladas. Aun así me producen pánico y llamo desesperadamente a mi hermano Ismael -con quien compartía cuarto hace años- para que las ahuyente.

sábado, 7 de junio de 2008

Parálisis (7 junio 2008)


Parálisis del sueño muy prolongada y angustiante durante una siesta, tras haber tomado café por la mañana. Cada vez que intento salir del sueño, con arduo esfuerzo, sólo produzco varios falsos despertares, en los que me levanto de la cama -en el sueño estoy tumbado en la cama de mis padres-, salgo de la habitación, intento buscar a alguien o atravesar las paredes para salir volando. Durante la parálisis intento extender los brazos, hacer señas para que alguien me vea (¿también las estoy haciendo físicamente?) y mover los dedos con suavidad para desperezar todo el cuerpo. Al fin el despertar llega como fortuitamente. Aún me late el corazón con fuerza al escribir estas líneas.

Serpientes por el cuerpo y rosas rojas (6-7 junio 2008)


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Estamos tumbados sobre el césped. De repente alguien da la alerta: el suelo está lleno de pequeñas serpientes que se nos quedan pegadas al cuerpo. Me invade el miedo y la repugnancia. Quiero sacármelas de encima como sea. Finalmente mi tía Lurdes, que parece despreocupada, me va retirando las serpientes como si fueran tiras de esparadrapo.

2 Quedo con mis amigos José Luis y Javi. De golpe me acuerdo de mi sueño anterior de las serpientes y me voy corriendo para apuntarlo (a menudo tomo nota de los sueños dentro del propio sueño, para no olvidarlo). Voy buscando algo parecido a un ciber-café o sala de Internet para redactar la historia. En el camino paso por la zona del Palau Nacional de Barcelona, convertida en una avenida grandiosa, trufada de arquitecturas y escalinatas. Encuentro un buen ángulo para hacer una foto: a través de una abertura se ven unas rosas rojas con un fondo monumental.

viernes, 6 de junio de 2008

Fiesta en el trabajo, la raya marrón y los mirones (5-6 junio 2008)


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Estoy en COMRàdio, la emisora donde trabajo. Al parecer es el último día antes de las vacaciones. Primero el ambiente es lúdico pero calmado: los compañeros navegan por Internet y charlan distendidamente en la redacción. Después la gente se va animando. Mònica y Alba ríen a carcajada viva, se levantan, se sientan encima de la mesa. El murmullo va creciendo; la gente empieza a gritar y a corear canciones, como si hubieran bebido. El alboroto es tan ensordecedor que me escondo bajo una mesa.
Alguien me reprende por salir de la fiesta. Como estaba medio desnudo, me visto a toda prisa, tan rápido que me quedo con los calzoncillos y los calcetines en la mano. Me los guardo en los bolsillos.

2 Paseo con Laura por una calle del casco antiguo de Sant Boi. Con una piedra afilada voy marcando el camino por el suelo, marcando una raya marrón. Veo que alguien ya había dejado un rastro parecido; la raya anónima conduce hasta una ventana donde hay una bolsa colgada. Pienso que quizá se trataba de un perro.

3 Pesadilla. Estoy en un gran centro comercial y debo irme a toda prisa. Bajo las escaleras de un restaurante de comida rápida y un hombre siniestro, de rostro grande y como quemado, se vuelve para mirarme. Una vez abajo busco la puerta de salida y otro personaje turbador me vigila con media sonrisa. La misma noche, tras soñar con otros escenarios, se repite la escena del centro comercial y los mirones inquietantes, como un bucle sin fin.

miércoles, 4 de junio de 2008

Veo Montserrat con mi abuelo a cuestas (3-4 junio 2008)


Salgo a la calle y veo a mi abuelo paterno, Cristino. Resopla; me da a entender que está cansado. Entonces lo cojo a cuestas, encima de mis hombros, y nos vamos a andar. Paseando por las calles de Sant Boi, en el horizonte se divisa una vista magnífica de la montaña de Montserrat, con una silueta nítida y colosal. El monte parece una construcción de Gaudí: en algunos tramos parece un acueducto curvilíneo, con puertas y agujeros naturales. Es la tercera vez que aparece Montserrat en mis sueños en los últimos días.

martes, 3 de junio de 2008

Fauna en el jardín (2-3 junio 2008)


Nos asomamos a la terraza de casa y vemos un gran tumulto en el jardín de los vecinos de enfrente. Una nube de pájaros de distintos tamaños y especies revolotea sobre el jardín y se agita sin cesar. De vez en cuando una de las aves se desploma y cae en picado; entonces otras tantas van a su rescate. Más tarde aparecen otros animales: se trata de seres parecidos a pequeños hipopótamos o pequeños dinosaurios herbívoros. Al verlos, mi madre y yo nos regocijamos, como si ya los conociéramos de antaño. Asisto al espectáculo animal con gran gozo.

lunes, 2 de junio de 2008

En París y en Londres (1-2 junio 2008)


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Viajo a París con mi padre y mi hermana Anna. Desde el coche o desde el tren vamos divisando la ciudad a nuestros pies, casi a vista de pájaro: primero aparece la Torre Eiffel, inmensa, después la miríada de tejados azulados de los palacios de la ciudad, después la Ille de la Cité con la catedral de Notre Dame, color arena, flotando en medio del Sena. Anna, que en el sueño nunca había visto París, lo contempla todo emocionada.

2 Más tarde estoy en Londres con Laura y mis amigos Susana, José Luis y Sara. Entramos en un castillo medieval en ruinas y vemos a la reina Isabel posando junto a una mujer y una muchacha, ambas de la familia real. Permanecen derechas en una galería del castillo, con una fastuosa vista de la ciudad al fondo. Aprovechando la estampa, los turistas empiezan a hacer fotografías. Pero cuando saco mi cámara la reina ya se ha ido, así que seguimos recorriendo el castillo. Sara entabla conversación con un hombre disfrazado de gárgola. La gente ríe alrededor. Les hago una foto.

domingo, 1 de junio de 2008

Los tiburones en el acuario gótico (31 mayo-1 junio 2008)

Vamos a Madrid -o una ciudad parecida- y visitamos un museo-parque temático. En una de las estancias se ven unas arcadas góticas; parecen reales, tridimensionales, pero en realidad se trata de un efecto óptico. Preguntamos a la guía y nos dice que se trata de una pintura ilusionista de El Greco.

Más tarde atravesamos una especie de claustro o pasillo medieval. Me fijo en la esquina de una de las bóvedas, donde, en vez de piedra, se ve el fondo del mar, como si el claustro estuviera bajo las aguas y tuviera un cristal transparente. Pero no hay cristal; las aguas están misteriosamente suspendidas. La guía me cuenta que, gracias a las últimas lluvias, muchos peces han recalado en aquel rincón. Me acerco y descubro que hay pequeños tiburones merodeando encima nuestro. Me estremezco. Uno de los tiburones está muerto; nos mira con su cara amarillenta y desdentada.

Antes de salir, junto a mi hermano Ismael y dos niños, entro en la tienda del museo, donde venden objetos y artilugios relacionados con el aventurero Indiana Jones. Los niños empiezan a dispararnos con pistolas de juguete. Comento a Ismael: “Qué mitificada estaba la violencia en los años 80… Menos mal que hemos dejado atrás esa época”.