viernes, 6 de junio de 2008

Fiesta en el trabajo, la raya marrón y los mirones (5-6 junio 2008)


1
Estoy en COMRàdio, la emisora donde trabajo. Al parecer es el último día antes de las vacaciones. Primero el ambiente es lúdico pero calmado: los compañeros navegan por Internet y charlan distendidamente en la redacción. Después la gente se va animando. Mònica y Alba ríen a carcajada viva, se levantan, se sientan encima de la mesa. El murmullo va creciendo; la gente empieza a gritar y a corear canciones, como si hubieran bebido. El alboroto es tan ensordecedor que me escondo bajo una mesa.
Alguien me reprende por salir de la fiesta. Como estaba medio desnudo, me visto a toda prisa, tan rápido que me quedo con los calzoncillos y los calcetines en la mano. Me los guardo en los bolsillos.

2 Paseo con Laura por una calle del casco antiguo de Sant Boi. Con una piedra afilada voy marcando el camino por el suelo, marcando una raya marrón. Veo que alguien ya había dejado un rastro parecido; la raya anónima conduce hasta una ventana donde hay una bolsa colgada. Pienso que quizá se trataba de un perro.

3 Pesadilla. Estoy en un gran centro comercial y debo irme a toda prisa. Bajo las escaleras de un restaurante de comida rápida y un hombre siniestro, de rostro grande y como quemado, se vuelve para mirarme. Una vez abajo busco la puerta de salida y otro personaje turbador me vigila con media sonrisa. La misma noche, tras soñar con otros escenarios, se repite la escena del centro comercial y los mirones inquietantes, como un bucle sin fin.

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