1 tesoros en casa de mis padres. De nuevo sueño con mudanzas de pisos. Esta vez me traslado de casa junto con mis padres, y vamos a vivir a un piso de aspecto distinguido y artístico. Las paredes lucen pinturas de colores vivos, rojos y negros, con un estilo que recuerda al románico o a las creaciones griegas arcaicas. Me encantan esos frescos, y me da pena no podérmelos llevar el día que me emancipe. Salimos a la terraza de la nueva casa. El día está nuboso, algo oscuro y variable. El sol apenas se ve, sólo es un anillo de luz tras el velo de neblina. Estamos situados en una zona algo apartada, entre la montaña y un ajetreado nudo de carreteras. Unos agentes de tráfico vigilan los coches con cámaras enormes, espectaculares zooms casi de dibujos animados.
2 niños frágiles. Estamos al cargo de los hijos pequeños de la familia Segura. Lluc i Magdalena (en el sueño aparecen cuando eran muy pequeños, con 3 o 4 años) corretean y juegan, y les llamo la atención para que no crucen la carretera. Pienso que si no estuviera yo, los pequeños correrían peligro.
3 tarde al trabajo. Sueño que son las diez de la mañana y ya se oye el ruido de la gente y los coches en la calle. Debía haber entrado a trabajar a las cinco de la mañana, y tengo el móvil lleno de llamadas perdidas demi jefa, Anna. Me agobio. Pero enseguida, aún dentro del sueño, veo que estoy equivocado: no son las diez de la mañana, sino las diez de la noche. Siguiendo con el sueño, me levanto de la cama y voy a beber un vaso de agua. Mi padre me llama porque debe explicarme algo, pero yo le digo que estoy a mitad de mi descanso y no puedo escucharle.
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