domingo, 29 de abril de 2007

Arrastrándome por mi cuarto (marzo 2003)

En la vida real, sigo en casa aún recuperándome de mi operación de peritonitis, con fatiga y molestias, En el sueño, estoy en mi habitación durmiendo. Me intento levantar, pero estoy tan débil que me desplomo, y sólo consigo arrastrarme por el suelo del cuarto, agarrándome al colchón o a los barrotes de la cama. Me palpo la cara y descubro que la mitad izquierda está totalmente rígida. No la siento, está dormida. En realidad, toda la mitad de mi cuerpo está inmovilizada. Al rato llega mi madre y me encuentra en esta situación. No se sorprendre; considera que mi estado es relativamente normal. Me aplica un paliativo, una especie de agua caliente sobre la cara.

No hay comentarios: