Tengo una máquina del tiempo y con ella viajo al pasado. Veo soldados haciendo la guerra en calles grises y desiertas.
Tengo un aparato que me permite añadir o quitar años a mi cuerpo. Aprieto el botón y me miro al espejo: me asusto y grito, porque veo la cara que tendré cuando cumpla 16 o 17 años. Intento retroceder en el tiempo y ver mi rostro con 5 años, pero no lo consigo.
Mi hermano Ismael y yo poseemos una máquina del tiempo. Nos damos cuenta que hemos viajado al pasado, porque junto a nuestra casa todavía no existe el moderno bloque de pisos construído en los 90.
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