domingo, 24 de noviembre de 2013

La casa de mis abuelos convertida en gran parking; me refugio jugando con enanitos (finales noviembre 2013)

La casa de mis abuelos maternos en Ordal ha incorporado en su subterráneo un enorme párking, con un trasiego constante de gente que entra y sale. Me produce cierta tristeza e inquietud el ver nuestra antigua placidez familiar adulterada de este modo.

En otro momento estoy en el jardín, donde me entretengo imaginando que soy un enanito saltando entre matorrales junto a otros compañeros de mi mismo tamaño.

Luego paso cerca de mis parientes. Las mujeres de mi familia (mi madre, hermanas, tías) hablan coloquialmente, y algo jocosas, sobre mi carácter extremedamente reservado. "Bueno, pero hoy ha hablado un poco más", dice alguna. 

Tomo a mis primas pequeñas, Clàudia y Laia, y me las llevo a algún lugar junto a mi hermana Cristina. Siento a Laia, la más pequeña, sobre mis hombros, pero temo que pueda chocar con algunos techos bajos.

No hay comentarios: