Voy al baño en casa de mis suegros y, por alguna extraña razón, provoco un gran desbordamiento de excrementos (son esponjosos, como crema de trufa). Me apresuro en limpiarlo y perfumarlo todo. Más tarde llegan mis suegros, Laura y mi cuñada, y me emplazan a dejarlo todo bien limpio, mientras me observan con cierta curiosidad.
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