Sueño que me desasosega mucho. Veo a mi hermana Anna con unas piernas ortopédicas muy rudimentarias, como amasijos de hierros. No recuerdo cuándo se las han tenido que amputar y me angustia verla así. Con todo, ella parece tranquila e incluso sonriente, como sise hubiera acostumbrado a la situación hace tiempo. Lo peor es la sensación de no poder cambiarlo, lo irreversible de esta herida.
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