viernes, 28 de diciembre de 2018

Se pierde la segunda piel de mi sobrino (noviembre 2018)

Pesadilla muy angustiosa. En la vida real, hoy no he podido llevar a mi sobrino Quim a la guardería, como hago cada mañana. Mientras duermo, por la mañana, sueño que su cuerpo se pierde y se desmonta por mi culpa.

En el sueño, voy a llevarlo a la guardería con el cochecito. A medio camino, descubro horrorizado que me he dejado la otra 'mitad' del niño, una especie de segunda piel o carcasa que es lo que le da alma y movimiento. Él permanece con la mirada perdida, como inerte. Dejo el cochecito y retrocedo, corriendo, en busca de la segunda piel de mi sobrino. Voy corriendo a todas partes, también a mi trabajo, por si está allí.

Finalmente, es mi abuelo materno, Eudald, quien le encuentra y lo mete un rato dentro de un horno porque, al parecer, es la manera de que tome cuerpo de nuevo y reviva.

Aliviada la tensión, caigo al suelo y lloro amargamente, sintiéndome muy culpable y descuidado.


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