Mi cama se puede mover sola de un sitio a otro. Estoy en Ordal, el pueblo de mis abuelos maternos, y salgo a dar un paseo sin salir de mi cama móvil. Hay nieve escarchada en el suelo. Voy haciendo bolas sucias, mezcladas con la tierra, y una de ellas cae desde un viaducto hasta una terraza del pueblo e impacta sobre un señor, que se queja simpáticamente del contratiempo. Al volver a casa de mis abuelos me desoriento; el pueblo ha cambiado, es más grande y urbanizado y luce edificios modernistas.
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