miércoles, 23 de abril de 2008

Fuego ficticio y Eduardo Mendoza (22-23 abril 2008)

1 Es de noche. Tras el ventanal de un edificio se ve un gran fulgor como de fuego. El cristal se va ennegreciendo con el humo y parece que vaya a estallar. Ignorando el peligro entro en la casa, subo por las escaleras y he aquí que el incendio era falso. En realidad hay llamas pintadas por niños en la los murales de una gran sala. También han dibujado otras figuras, llenas de colorido, y han escrito en diferentes postes palabras bienintencionadas al estilo "alegría" o "libertad".

2 El escritor Eduardo Mendoza es entrevistado en mi casa por un periodista de periódico. Durante la conversación, Mendoza confiesa que vive en la indigencia para evitar el acoso de la prensa e incluso relata sus sórdidas vivencias a ras de suelo, con los chicles de la calle pegados a la ropa.

Tras el sesudo cuestionario, pregunto a Mendoza si me permite a mí también hacerle unas preguntas, aunque de modo muy breve, con mi micrófono de COMRàdio. Se trataría de que valorase su nuevo libro ante la jornada de Sant Jordi. Rápidamente me voy a por mi equipo radiofónico: rebusco por toda mi habitación -cajones, armarios- pero no aparece. Me veo obligado a disculparme ante Mendoza y agradecerle su paciencia.

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