Mi hermano Ismael, mi madre yo visitamos una ciudad de Irlanda, creo recordar que Dublín. Caminamos hasta un lugar elevado y obtenemos una panorámica bellísima: la urbe aparece como una isla verde -imagen parecida al Estocolmo que visité en la vida real-, con un viejo campanario y una miríada de tejados azulados, todo rodeado de canales y aguas. De repente, mi madre se exclama y me hace mirar hacia el mar: junto a las costas de la ciudad, saltan unos grandes delfines, brillando bajo el sol. Lo contemplamos todo extasiados.
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