miércoles, 3 de febrero de 2010

Subo a Santiago, veo el mar e Indiana Jones, cojo un avión a Londres, cambio de trabajo, llanto lechoso por la familia (2-3 febrero 2010)


Noche con muchos sueños para ser entre semana. Sobre todo de viajes:

1 santiago. Llego a Santiago de Compostela. El viaje ha sido muy corto y directo, así que me impacta gozosamente la visión de la catedral. Subo al tejado del templo y desde allí diviso todas las plazas circundantes, como la del Obradoiro o la de Quintana. Me piden que me quede quieto porque estoy colocado en un ángulo muy bueno y un fotógrafo quiere tomarme una instánea desde abajo. Al parecer, mi silueta quedará retratada a través de un lienzo, como una sombra misteriosa y sugerente.

indiana jones gigantesco. Todavía a lomos de la catedral, me fijo en un edificio de enfrente y veo que está coronado por una inmensa estatua de un héroe cinematográfico, creo recordar que Indiana Jones; su imagen está tallada de modo hiperrealista, y el aventurero se muestra en pleno movimiento, como si fuera a saltar. Por el balcón de este curioso edificio asoma mi hermano pequeño, Lluís; he aquí que se sube a los barrotes del balcón y empieza a trepar. Me asusto por él. De repente lo pierdo de vista, y temo que haya caído, pero enseguida lo veo en otra parte sano y salvo.

el mar desde las alturas. Más tarde se hace de noche y sigo en lo alto de la catedral de Santiago. Desde allí puedo ver el oleaje del mar, que llega prácticamente al recinto del templo con brillos azulados; el edificio compostelano se ha convertido en una especie de puerto, una isla o un cabo frente al océano. La imagen es muy bella.

2 viaje solitario a londres. Laura y yo planeamos un viaje. Dudamos entre diferentes destinos, pero todos són transatlánticos: Estados Unidos, Argentina, y otros países americanos; se trata de ir más lejos de lo que solíamos. Finalmente, por alguna extraña circunstancia, el trayecto debo hacerlo en solitario. Con gran pesar, porque estaré unos días alejado de ella, me dispongo a coger un avión rumbo a Londres; en el sueño, se trata de un gran desplazamiento, ya que debo cruzar el Atlántico. Siento que debo hacerlo, como una obligación, pero a la vez siento un profundo desamparo; me pregunto qué será de mí todo este tiempo.

3 cambio de trabajo confuso. Temporalmente debo cambiar de lugar de trabajo. Abandono la emisora COMRàdio y me incorporo durante unos días a RAC-1. Los horarios no están definidos y tampoco sé muy bien qué tipo de tareas debo desempeñar; hacemos un informativo diario, pero sospecho que no lo estamos haciendo correctamente y que nos reprenderán. Para mayor confusión, estos días me desplazo al pueblo de mis abuelos maternos, Ordal, y debo calcular los tiempos para no llegar tarde. Lo tomo todo en un estado ambiguo, entre la inquietud y la despreocupación, entre las obligaciones laborales urgentes y las ganas de descansar en familia.

4 pena familiar entre leche. Estoy sentado al lado de Mònica, una compañera del trabajo. Estamos removiendo una especie de yogur o crema láctea vertida sobre un amplio recipiente. Con el rostro compungido, Mònica me empieza a hablar de sus familiares enfermos, y de lo mal que lo están pasando; finalmente rompe a llorar e intento hablar con ella para animarla.

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