Estoy en el autobús. De repente, una mujer se levanta y, fingiendo un accidente, derrama un líquido sobre mí. Aprovecha mi confusión para robarme la tarjeta de crédito y huir rápidamente, bajando del vehículo. Voy tras ella y me doy cuenta, con horror, de que ha conseguido copiar mi número secreto. Más tarde hablo con mi padre para cancelar la tarjeta, aún con el sobresalto a cuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario