Cojo en brazos a mi sobrino Pau y he aquí que empieza a desvanecerse lentamente, hasta que sólo quedan sus ropas vacías. Me angustia no poder reanimarlo, se lo cuento a mi hermana Anna, que está por allí, hasta que finalmente el bebé vuelve a asomar con toda su silueta. Respiro aliviado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario