jueves, 10 de julio de 2008

Los cangrejos, Roma, mi sobrina y el laberinto (9-10 julio 2008)


Noche de gran intensidad onírica. Me he desvelado varias veces y gracias a ello he ido tomando notas.

1 Estoy en una playa rocosa de la Costa Brava, quizá en Cadaqués. Se trata de una excursión con niños pequeños, entre ellos mi primo Noel. Avisan de que hay cangrejos negros; veo a unos cuantos correteando por ahí. Aun así me meto en el agua para darme un baño. Hay poca profundidad, y la arena es oscura, terrosa, como de río.

2 Viajo a Roma con Laura, José Luis y Javi. Es de noche. Pasamos por la gran iglesia de Santa Maria Maggiore, con su fachada barroca y su alto campanario. Ellos pasan de largo, pero yo me escabullo para visitar el templo. Abro las puertas. La iglesia está llena de monjas, celebrando algún culto. Cierro sigilosamente. Al salir veo la fastuosa escalinata plagada de velas encendidas. Me voy deprisa vara reincorporarme con el grupo.

3 Mi hermana Anna tiene una hija. Llegamos a casa y tomo el bebé en brazos. La pequeña, morena y rechoncha, empieza a hablar desenfadadamente, como si tuviera 3 o 4 años. La recién nacida me dice, por ejemplo, que nos sentemos en el sofá para ver mejor la tele. Sorprendido, le comento a Anna: "la teva filla parla molt, com tu de petita" (En la vida real acaba de nacer mi prima Laia, a quien he cogido en brazos en el hospital).

4 Entro en un edificio laberíntico, lleno de escaleras, puertas y pasillos. Al salir lo dibujo en un papel, vara ver toda su complejidad.

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