Sueños durante el viaje a Italia.
1 Un perro negro de mi tía Montse no para de morderme la mano: me la agarra entera y clava con ahínco todos sus dientes. Al final, impotente ante la situación, yo mismo le brindo la mano para que me muerda, como si lo viera ineviable.
2 Desde una avenida cercana a casa podemos ver, no demasiado lejos, la silueta de un rascacielos de Dresde, en Alemania. El edificio parece de los años 70 u 80 y luce una esbelta estructura blanca y roja. Voy caminando hasta allí y veo que los bajos de la torre están poblados de bares y comercios. Me pregunto si podré subir a lo alto del rascacielos, y constato satisfecho que toda Europa está como quien dice a la vuelta de la esquina.
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