martes, 23 de noviembre de 2010

Tren de vapor en la noche, con luna llena


Sueño de gran belleza y misterio. Es de noche. Salgo de casa y me voy andando a la estación de trenes de Sant Boi. La oscuridad es total; sólo me ilumina una gran luna llena en el cielo. No así un grupo de jóvenes ruidosos que avanzan detrás de mí, bajo el resplandor del alumbrado eléctrico.

Pienso en el poder evocador de la noche, que no me da miedo ni me impone en absoluto; muy al contrario, me alienta a estar despierto y explorador. A ratos incluso me veo convertido en un bohemia reportero de prensa, tomando notas del entorno.

Llego a la estación, todavía en la negra noche, y me subo a un tren de vapor de hechuras muy antiguas. Los vagones están al aire libre, cual carruaje o montaja rusa, y un operario me coloca y encaja en mi sitio. Parece que vamos a proceder a un viaje en el tiempo, y un señor sentado a mi lado me explica como funciona el extraño ingenio.

2  Sueño que me levanto a las 6.30, cuando en realidad debo levantarme a las 4h. Nervioso, llamo rápidamente al trabajo para disculparme por mi retraso.

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