miércoles, 31 de octubre de 2012

Bajo en un ascensor hiperveloz, me mareo y mi familia me socorre (finales octubre 2012)

Debo ir a trabajar. Arreglo rápidamente las cosas en casa antes de irme. En el sueño, sigo aún en casa de mis padres, aunque siento extrañeza al ver mi antiguo cuarto; intuyo que no es el mío, que ya no me pertenece. Salgo de casa y subo a un amplio ascensor; empieza a bajar a una altísima velocidad. Va acelerando cual avión al despegar. Me mareo, el vértigo me consume. El ascensor parece que no llega nunca a su término; sigue bajando y bajando. Al fin, salgo del ascensor y caigo al suelo, totalmente desvanecido y en estado semiconsciente. En la planta baja está mi familia, sentada alrededor de una mesa, comiendo. Mi tío Josep me ve y viene hacia mí para socorrerme, con media sonrisa paternalista. Hablan entre ellos sobre mis frecuentes mareos y problemas de salud. Está también mi abuela Cari -fallecida en la vida real-, reclamando a mi padre que esté más pendiente de mí. "Ni que fuera tu hijo", dice mi padre; a lo que ella replica: "No, pero es el tuyo". Todo ello es un sueño dentro del sueño: sigo dormido y aún no he podido ir a trabajar.

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