Estoy solo en el jardín de la casa mis abuelos maternos, en Ordal. Aparece un lobo. Me estremezco. Más tarde aparece una especie de mofeta o comadreja, y, tras ella, un tercer animal, el más pequeño de los tres, parecido a una ardilla. Mientras permanezco paralizado por miedo al lobo, las tres bestias se cuelan en la casa. Tras estar unos minutos dentro, empiezan a devorarse mutuamente. Primero el lobo y la comadreja devoran a la pequeña ardilla. Luego el lobo ataca a la comadreja. La escena deja un gran y pavoroso charco de sangre.
Sobresaltado, huyo hasta que aparece gente por allí. Veo a mi abuela Mercè y le pregunto dónde está mi abuelo Eudald, puesto que él -pienso- será más valiente para enfrentarse al lobo. Más tarde están mis cuatro abuelos (también mi abuela Cari, que falleció) dentro de la casa, tranquilamente, junto a mi madre. Les cuento todo lo que he visto y mi madre, tras mostrarse extrañada, concluye que no se trataba de un lobo sino de una "berta" (sic), que describe como un mamífero pequeño y poco peligroso. Sin embargo yo sigo dudando. Únicamente yo sigo en estado de miedo y alerta.
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