Busco una lámpara para un piso, y para dar con ella me desplazo a un centro de muebles al estilo Ikea. Mi tío José Joaquín, que me acompaña en la compra, me propone un determinado modelo para colocar en el comedor. Pero lo rechazo; quiero una lámpara que dé mucha más luz, que dé un tono totalmente diáfano al hogar. Mi obsesión es que el piso nunca esté oscuro.
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