domingo, 5 de abril de 2009

La ciudad turca, las murallas de mar y el museo en la montaña (4-5 abril 2009)


1 Viajamos a una ciudad turca, quizá Estambul. La urbe, soleada y mediterránea, está llena de pequeñas plazas, altibabajos del terreno, palacetes y minaretes, y creo recordar que daba al mar. Busco una mezquita, la más bella de todas, para fotografiarla al atardecer. Veo una casa abierta y pregunto a un hombre del lugar. El inquilino, un señor con bigote y de tez morena amarillenta, me responde con su fuerte acento y una ligera sonrisa. Ya que estamos, le pregunto si puedo salir por su terraza, para no dar tanta vuelta. El hombre asiente. Con las prisas del salir casi le vuelco algunas botellas que tenía, como un envase de aceite. Sigo buscando la gran mezquita pero no la encuentro.

2 Cogemos el coche para ir a un paraje de montaña. Conduce Laura, aunque lo hace en el lado derecho, mientras que yo quedo en el izquierdo, viendo a ratos el paisaje. Durante casi todo el trayecto avanzamos pegados al mar: un mar embravecido, literalmente alzado en murallas de agua, que amenazan desplomarse. En algún momento siento miedo y pido a Laura que se aparte de la costa.

Finalmente llegamos a nuestro destino, un camino de montaña que nos había indicado mi madre. Por lo visto se trata de un paraje relacionado con el personaje del Patufet, porque algunos caminantes que van por allí canturrean la canción popular catalana: Patim, patam, patum, homes i dones del cap dret...

Durante nuestra excursión vamos a parar a un museo de arte enclavado en la montaña. Se exhiben modestos retablos góticos, de gran formato pero con figuras de diminutas facciones. De repente ya no me acompaña Laura, sino mi hermano Lluís (en el sueño no se me hace raro el cambio). Por alguna razón imagino a mi hermano más pequeño, como si tuviera 7 años, hasta que aparece por un pasillo del museo y le veo en su aspecto actual de 18. Pasamos por una tienda de souvenirs y recuerdo que me falta comprar alguna postal, pero decido pasar de largo para aprovechar el viaje.

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