Sueño
insistentemente con mi abuela fallecida. Casi siempre, el relato es que ha
revivido después de una extraña muerte, efímera y accidental, y vuelve a estar
entre nosotros con un semblante pasivo. La imagen me desconcierta y me altera
el ánimo; debo recular en el duelo y hacerme a la idea de que ahora está viva.
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