sábado, 23 de julio de 2011

Informe onírico 2011


DIFUNTOS, NIÑOS EN PELIGRO Y DESORIENTACIÓN

Por: Doctor Kieslowsky 

Querido Joan Pau:

De nuevo me ausentaré unos días para veranear el Báltico, pero antes quisiera dejarle un breve informe sobre sus sueños durante los últimos meses (desde otoño de 2010 hasta verano de 2011):


1 Irrumpen con fuerza las historias de reencuentros con su abuela difunta: en ocasiones la ve antes de fallecer, obviando el episodio y recordando su vida anterior; otras veces la ve en un extraño trance entre la vida y la muerte, como dormida o aletargada, e incluso intenta reanimarla; aún hay un tercer escenario, en el que su abuela ha vuelto a la vida tras una 'muerte falsa', un fallecimiento transitorio que no fue tal, o quizá producto de un malentendido; y solamente en una ocasión el onironauta se ha reencontrado con su abuela de modo sereno y no agónico, cuando la contempla en el sofá, con una sonrisa serena y de algún modo resucitada. A la vez, aumentan los sueños sobre otros difuntos conocidos o familiares del soñador.


2 El tema de los bebés y los nños pequeños, que ya le subrayé en el informe anterior, aumenta con gran frecuencia, máxime cuando se trata de criaturas desprotegidas, en peligro, o que deben ser cuidadas por el onironauta. A destacar un sueño de gran impacto visual: el sujeto debe ocuparse de unos niños pequeños, pero los desatiende y se convierten en manchas de humedad. En otra ocasión, el bebé al que debe cuidar se queda literalmente en los huesos, por la falta de pericia del cuidador. También sale el onironauta al rescate de pequeños que no tiene a su cargo pero que ve en peligro, caso de un niño que tiene un cable atravesado y por el que siente una gran compasión. A destacar también una pesadilla de profusa ambientación visual, sobre un gran monstruo devorador de larvas-bebés. En la mayoría de ocasiones se trata de bebés de tamaño minúsculo, que son transportados en pequeñas cajetillas o cartones, y por otra parte reaparece esporádicamente un tema reciente (2010) como es el de la paternidad del soñador, circunstancia que vive con emoción y serenidad.

3 Si en la temporada anterior hablábamos de frecuentes sueños de mudanzas, esta vez lo dominante es la pérdida del onironauta en espacios que no controla o que no recuerda: desorientación espacial  que le hace sentirse extraño en su propia casa, en pisos de sus amigos, en el hogar de sus abuelos o de sus padres. Significativa también la visita a un barrio laberíntico (aunque de referente cotidiano en la vida real) donde el soñador se pierde y no encuentra la salida.

4 Otras constantes. Enorme frecuencia de sueños sobre impuntualidad en el trabajo; el soñador pierde la noción del tiempo, llega tarde y se afana en pedir excusas y dar explicaciones a sus superiores, que le responden con aspecto severo o displicente. Tienen continuidad temas clásicos del soñador, como los viajes a lugares marítimos, habitualmente de gran belleza y simbolismo (en uno de ellos entra en el mar por un pasillo seco, como una versión doméstica del relato bíblico de Moisés) y, en cuanto a los también reiterados viajes a ciudades y monumentos, destaca el retorno a la ciudad de Marrakech (visitada en la vida real) o a otras poblaciones árabes que el onironauta recrea como lugares de gran colorido, exotismo y vivacidad, por donde puede pasear tranquilamente. Y los animales vuelven a ser protagonistas, casi siempre por inesperadas invasiones que alteran el momento cotidiano: una bandada de pequeños murciélagos, pájaros y ardillas que se cuelan por la ventana, mosquitos mutantes que acechan al soñador, etc. Sin olvidar los periódicos fenómenos pre-oníricos, experiencias que el sujeto siente en el trance hacia el sueño o justo antes de despertar, que frecuentemente son voces y zumbidos graves, tirones en las sábanas, sombras o inquietantes presencias en el cuarto de difícil identificación.


A su disposición como siempre

Dr. Andrzej Kieslowsky
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Tel. +48 58 349 12 48 Fax +48 58 349 20 74

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