sábado, 23 de julio de 2011

Un niño diminuto a mi cargo se queda en los huesos; Viajo por unas galerías con mis padres hasta el Pirineo (22-23 julio 2011)


1 niño consumido De nuevo sueño de culpabilidad, con niños pequeños a los que debo proteger. Esta vez me encargan cuidar a un niño diminuto, de unos 15 o 20 centímetros, que duerme en una pequeña cajita metálica o de plástico (como los duendes).Llevado por mi afán de resguardarlo, pulso un botón que cambia la temperatura de su cuna minúscula, pero al instante la criatura aparece casi en los huesos, como un ser inerte. Me sobresalto y me siento enormemente culpable, intento arreglarlo pidiendo ayuda a mi madre, pero ella me corrobora que no hay manera.

2 túnel hasta el pirineo Viajo con mis padres y mis hermanos menores a través de un larguísimo túnel comercial, lleno de tiendas, bares, librerías de la cadena Abacus y servicios varios. Se trata de unas galerías que cruzan Catalunya en diagonal hasta llegar al Pirineo. Mirando por las ventanas y las cristaleras, como si se tratara de una estación de servicio en medio de la montaña, se ven las cabras y otros animales merodeando por explanadas verdes. En uno de los bares encontramos una máquina expendedora de Cacaolats, pero yo me hago un gran lío y en vez de la botella saco un sobre con la bebida en polvo. Tras varios malentendidos y confusiones, consigo que me den el producto adecuado. Al parecer estaremos varios días de excursión en el Pirineo: mis padres se sonríen, aun a sabiendas de que nosotros vamos a rastras. En mi caso, además, me agobia pensar todos los días que tendremos por delante, y deseo volver a casa.


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