Estoy en un hotel con un amigo, Pablo Cócera. Salgo de la habitación y cojo el ascensor. En vez de bajar verticalmente, la cabina baja por peldaños. El ascensor-escalera llega a bajo y, una vez fuera, se abre una gran superficie artificial –jardines, pistas- donde hay pastores alemanes devorando pájaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario