Escenificamos la Pasión y todos nosotros nos caracterizamos como Jesucristo camino de la cruz. Una parte del ritual es el sacrificio de las orejas: nos las llevamos de agujas y clavos como si fueran las muñecas o los tobillos del crucificado. Una vez disfrazados entramos en un campo de fútbol y alzamos el vuelo. La liturgia se repite varias veces.
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